>El conferencista vino a Durango con la intención de reunir fondos a favor del CEID.
Por Juan José Nava / La Voz de Durango
El conferencista César Lozano irradió un mensaje positivo y motivador a través de la charla “Felizmente imperfectos”, misma que trajo a Durango como parte de su tour 2024, en el que invitó a la audiencia a amarse y aceptarse tal cual son, con defectos y virtudes.
El evento se llevó a cabo en el marco del décimo quinto aniversario del Centro de Estudios para Invidentes de Durango (CEID), con el propósito de reunir fondos para continuar con su labor hacia los niños, jóvenes y adultos que padecen ceguera o debilidad visual.
Fue el Teatro Ricardo Castro la sede que reunió a casi mil personas, donde el conferencista abordó algunas de las causas del sufrimiento que, desde la percepción del budismo, marcan la infelicidad en las personas como: el control, el desear de cambiar la realidad, el aferrarse a lo que no puede ser, a desear cambiar el pasado, a querer cambiar a la gente y sobre todo, a no aceptarse como uno es.
Con una buena dosis de humor aderezada de anécdotas de carácter ameno y confiable, en las que “le cae el veinte a cualquiera”, Lozano hizo un llamado a darse cuenta si vas bien, mal o te regresas, a equilibrar la balanza de los aciertos o errores de la vida.
Invitó a las personas a aprender lecciones, a ser felices, a reírse de sí mismos, a reconocerse como imperfectos, pues no es obligatorio querer agradarle a todo el mundo.
“Muchas personas quieren ser perfectos. Hijos, hermanos, papás, etc, la perfección no la tenemos, solo mi Dios, y eso produce mucha ansiedad y sufrimiento. Durante muchos años yo quise ser perfecto en todo y lo que intento ahora es que la gente vea que tenemos derecho a hacer las cosas bien pero también tenemos derecho a equivocarnos”, dijo el también médico cirujano.
También expresó que todos tenemos derechos a ser felices en la vida, a vivir momentos de paz, alegría y emociones, pues consideró, es indispensable dejarse abrazar, disfrutar los momentos y a no encasillarse en el pasado, pues éste ya está pisado y es imposible corregirlo.
Con autenticidad, lenguaje empático y coloquial para relajar a su audiencia, el conferencista refrendó el por qué es uno de los consentidos del público y tras poco más de 120 minutos de charla, se despidió de los duranguenses haciendo conciencia a hacer su mejor esfuerzo, a despertarse cada día con pasión y empeño, y sobre todo, a centrarse en sí mismos evitando las envidias hacia los demás, pues consideró, el viaje es muy corto y tarde que temprano, la vida un final imprevisto reservado de muchas maneras para cada quien.
