– Muchas mujeres todavía accedan a una situación patriarcal y machista en la política; es algo que no se debe permitir, dice Marisol Carrillo Quiroga.
Gustavo Stenner / La Voz de Durango
Durango y México viven un año electoral, en el que además de estar en juego la Presidencia de la República -contienda en que hay dos mujeres candidatas y un hombre-, también se habrá de elegir a 25 diputados locales, de tal manera que no se descarta que exista violencia política de género en el proceso rumbo a los comicios del próximo 2 de junio.
La diputada local, Marisol Carrillo Quiroga, expuso que la violencia política de género sí existe y prácticamente todas las mujeres en este ámbito han sido víctimas.
“Súper presente este tipo de violencia, no se diga. Todas hemos pasado por violencia, por fijaciones políticas, persecución política. También por el hecho de ser mujeres, porque a nosotros no se nos perdona que digamos, que contestemos, que no estemos de acuerdo muchas veces ni con nuestra propia fuerza de representación, y se nos castiga”.
Dijo, es lamentablemente que muchas mujeres todavía accedan a una situación patriarcal y machista en la política; es algo que no se debe permitir. Por el contrario lo viable sería que se reconozca el papel femenino en este rubro.
“Salimos a las calles, salimos a tierra, candidateamos, nos asoleamos, trabajamos, como par que un hombre venga a decir que porque se lo merece, que porque ha trabajado mucho. ¿Y nosotras qué? He escuchado a mujeres que dicen ‘es que él ya se lo ganó’, ¿y nosotras no nos lo hemos ganado con tantos años?”.
Carrillo Quiroga espera que estas malas prácticas contra el género en la política no disminuyendo, sino que se vayan erradicando. Las mujeres en una función pública no tienen por qué permitir que hombres lleguen y demeriten el trabajo.
Resaltó finalmente que afortunadamente ya hay muchas mujeres destacando en la política. “Me han dicho ¿por qué tan empoderadas?, ¿por qué no hay un equilibrio?, ¡ah, caray! ¿y lo hubo antes?”.
Es simplemente una paridad, y se va a trabajar, no para ser más, sino para llegar a un piso parejo y a una igualdad.
