Ahorita nadie impone nada, en cada partido incluyendo al del gobernador, cada grupo jala para sus conveniencias.
Aarón Quiñones/ La Voz de Durango
Lo que pasó en el Congreso local no tiene un antecedente inmediato por lo menos en mi memoria y es que los tiempos políticos han cambiado tanto, que la “dinosáurica” huella que nos dejó el PRI en más de 70 años de gobiernos casi, casi ininterrumpidos es que el partido en el poder no dejaba que estos circos ocurrieran. Es cierto, cualquiera de estas novelas ridículas y eso sí, caras, las paraban en seco los entonces líderes inamovibles de la política local y el resto de los partidos saltaban como niños pequeños haciendo berrinche a su alrededor, pero de nada servía, el mandamás imponía las condiciones del juego.
Ahorita nadie impone nada, en cada partido incluyendo al del gobernador, cada grupo jala para sus conveniencias, no más. Cuál visión de Durango como polo económico, con crecimiento turístico e industrial si a los duranguenses la verdad no nos gusta trabajar. Nos gusta un buen puesto en una oficina con aire acondicionado y secretaria de buen ver, andar detrás del jefazo invitándolo a las “carnitas asadas” y comprando ropa cara, aunque sea fiada.
La mayoría, sino es que todos los políticos actuales solo piensan en el puesto como una forma de vida, sería tonto de nuestra parte decir que alguien con más de tres dedos de frente no lo haría, pero como dicen hasta entre los marranos hay razas, hay unas mas trompudas y unas más marranas que otras, ¿si o no?
¡Sembrando deudas!
Una persona que le sabe a esto de los árboles y todo el tema forestal comentó el otro día por qué este esquema en particular de “Sembrando Vida”, será uno de los fracasos más grandes que tendrá la administración federal y es que si hacemos cuentas simples sencillas, ojo, sin tener idea de un desarrollo forestal que no es cualquier cosa nos explicó que no hay forma de cumplir esas expectativas, no por lo menos en 6 años.
Que las reglas de operación aún no están establecidas y no se sabe quién podría ser el proveedor de gobierno que facilite los millones de árboles, ya sea maderables o frutales que se sembrarían en esos metros de tierra. Si ya se dijo que al que los plante y los tenga le va a llegar su lanita cada mes y tendrá que regarlos, y por supuesto, tratar de que todos se logren.
Hasta ahí la cosa es entendible, lo que no entendemos es de dónde diablos piensan sacar tantos árboles. En un cálculo aproximado todos los viveros forestales de la ciudad incluyendo a los que tiene gobierno a través de la SRNyMA anualmente apenas completan unos 10 mil pinitos que se puedan sembrar y otra vez, atención aquí, con un lapso de mínimo un año en el vivero. De dónde chiches carajos piensa gobierno federal que se van a sembrar, éste es un cálculo a ojo de buen cubero, mil 100 árboles por hectárea, ahora multiplique por 25 mil, y lo que resulte vuélvalo a multiplicar por dos, según yo son 55 millones de árboles. Si gobierno local y los productores locales logran 10 mil al año, entonces cuánto se van a tardar en producir esos 55 millones.
Me van a contestar, ah, pues productores locales le van a entrar, oh, sí claro, con una inversión que para los frutales mínimo se tarda dos años y los forestales un año y en cuyo esquema se termina en el presente año. Ah, no sabía que el recurso viene en ceros para el próximo 2020. Eso traducido quiere decir o ahora o nunca y pobre del productor que se endeude, si no pregunte a los productores de tomate, que todavía se andan escondiendo por las deudas.
