Creo en un FUTURO y lo construyo HOY.
Por Patricia Sierra
Se realizó una encuesta por Poligrama durante el mes de marzo del presente año, 81% de mexicanas consideró que México está en condiciones para ser gobernado por una mujer; mientras, 19% dijo que aún no. Muy a pesar de las buenas intenciones e idealismos conocemos una realidad mucho contrataste.
Durante marzo y noviembre son meses que desde el suspiro demagógico por parte de los hombres quienes protegidos desde el patriarcado y algunas mujeres cobijadas del mismo privilegio que les emana del mencionado sistema machista, donde las “cuotas de género” son exclusivas para las mujeres seleccionadas para seguir perpetuándose en el quehacer político que no ha permitido abrir paso al resto de las féminas que en la aspiración que por el simple derecho de ser partícipes y votadas; sin embargo conocemos de primera mano que este derecho no es para todas.
Las mujeres exigimos mayor SEGURIDAD, oportunidades de laborales sin las brechas salariales, igualdad en puestos públicos y el derecho a maternar libres de violencia todas las mujeres que llevan ese rol de la maternidad para dar cumplimiento a las obligaciones de cuidados y crianza que se exige.
Se encuestó a mujeres mayores de 15 años, reportó que 52% de las encuestadas señaló que en México las mujeres no tienen las mismas oportunidades que los hombres para acceder a un empleo y quienes son empleadas igualmente señalan que la carga laboral recae en ellas sin recibir reconocimiento al mérito. (Como escribiente me consta y señalo que en diversos empleos se me ha reprimido siendo yo la tecnócrata el reconocimiento para ser señalada como una simple subordinada cuando en la parte intelectual y creativa se me ha demeritado el trabajo por actuales funcionarios públicos de alto nivel en el Estado Durango).
Además, 47% consideró que las oportunidades de empleo han mejorado en los últimos 3 años para las mujeres; 41%, que sigue igual y 12%, que ha empeorado, hablar del derecho de lactancia es letra muerta, no en todos los lugares de trabajo se nos permite el espacio para “sacar leche” y mantener nuestro banco, muchas mujeres después de unos dos meses por la propia vulneración del derecho “se nos secó la leche”, esto perjudicando a nuestros bebés lactantes y nuestro propio derecho.
También arrojó que 63% aseguró sentirse inseguras en México, siendo la calle y el transporte público los lugares donde se sienten más inseguras con 38% y 32%, respectivamente. Para nadie es secreto que la violencia más severa se sufre al interior de nuestro propio hogar tanto para mujeres, niñas y adolescentes.
Todo lo antes mencionado lo invoco para refrendar el hastío de la clase política vitalicia que nos ha representado como MUJERES y que una gran mayoría NO nos permiten ellas mismas en ser dignamente representadas. Sus privilegios de costear institutriz para las que tienen infancias y personal doméstico para responder a las labores del hogar, las hace desconocer de los esfuerzos que se exige el simple hecho de ser MUJER en México y en Durango.
En México hay más mujeres que hombres, aún así ninguna de ellas ha ocupado nunca el cargo de presidenta de la República a diferencia de otros países de Latinoamérica, donde en 10 ocasiones distintas, personas del sexo femenino ya han gobernado. A 65 años en que nosotras como mexicanas obtenemos de este derecho, más no todas lo logramos ejercer por diversas razones en las que los obstáculos al trato igualitario y al acceso político electoral de nosotras como mujeres en “igualdad”, no podríamos culpar a los hombres que se han adueñado del sistema político, debemos señalar y no omitir jamás que las estructuras sociales permisibles nos condenan a vivir o sobrevivir en estas desigualdades por COSTUMBRE.
El sistema de la impartición de justicia genera las dilaciones en un alto porcentaje que perjudica a las mujeres, las mujeres son fácilmente acosadas y acechadas por los encargados de la justicia sin hacer las investigaciones pertinentes del fondo del asunto. México como Durango nos tienen en deuda una vida de oportunidades para la clase social sin privilegios políticos donde no seamos NOSOTRAS las castigadas en el recorte de prerrogativas, que no seamos las aisladas por no ser la pareja sentimental del político, que no seamos nosotras las que tengamos que ser las sometidas por un político para ser la marioneta en un país y un estado que sólo exige la participación a un proyecto de campaña y un proceso de un gran negocio para unos pocos.

