Por: Andrea Vélez Ríos
Hola estimados lectores, esperó se encuentren de maravilla. ¿Cuántas veces has escuchado decir que tú alimentación es tu reflejo? Pues déjame decirte que sí, nuestra alimentación es nuestro reflejo en la piel, su aspecto habla muchísimo de nosotros y de los nutrientes que nos faltan o nos ayudan a tenerla cuidada o descuidada.
TU PIEL ES UN REFLEJO DE TU ALIMENTACIÓN
La alimentación y la piel están relacionados. Consumir ciertos alimentos esenciales le dan a la piel la hidratación, la firmeza, mantengan su elasticidad, apariencia. Cuando consumimos alimentos procesados llegan a perjudicar el estado de tu piel. Es importante tener en cuenta estos aspectos, puesto que la piel actúa como una defensa frente a las agresiones externas y protege del calor, el frío y las bacterias. La medicina naturista incluso considera la piel como el tercer riñón, ya que elimina sustancias de desecho y toxinas.
Una dieta deficitaria en nutrientes esenciales se ve reflejada en el aspecto de la piel. Sucede así con las dietas muy ricas en azúcar refinado, proteínas animales y grasas saturadas, porque acidifican la sangre. El resultado puede ser la aparición de acné, dermatitis y erupciones.
La piel avisa de las carencias nutricionales y de los excesos de tóxicos presentando imperfecciones, descamación, dermatitis y otros problemas. Por ejemplo, una piel seca y arrugada con tendencia a la descamación puede estar señalando un déficit de ácidos grasos omega-3 y omega-6, así como de colágenos.
Una buena alimentación equilibrada dónde agregues a tu plato frutas, verduras y agua son las bases esenciales para mantener una piel saludable, ya que contiene minerales y vitaminas que el cuerpo necesita para evitar un deterioro de la piel.
Estas son algunos nutrientes que ocupa el cuerpo para tener una linda piel: los antioxidantes (vitamina E, betacaroteno, coenzima Q10, selenio y vitamina C, que además interviene en la síntesis de colágeno) para contrarrestar los radicales libres del sol y la contaminación y prevenir el envejecimiento celular.
Las grasas desempeñan un papel fundamental en la protección de la piel ya que aseguran un manto hidrolipídico correcto y proporcionan hidratación, tersura y brillantez. Las más saludables son las monoinsaturadas: el ácido oleico u omega-9 presente en el aceite de oliva prensado en frío; y las poliinsaturadas: el omega-3 y el omega-6 de semillas oleaginosas y frutos secos.
El cincparticipa en la regeneración del tejido cutáneo y la síntesis de colágeno y elastina, que proporciona elasticidad y tonicidad a la piel.
El hierro es indispensable para la producción de hemoglobina y la oxigenación de los tejidos.
El azufre favorece la pigmentación de la piel.
Y el silicio es fundamental para sintetizar el colágeno: su carencia produce envejecimiento prematuro, arrugas y estrías.
Los alimentos que perjudican son: es el tabaco y una dieta desequilibrada en general. Pero es cierto que el consumo excesivo de proteínas animales, café y grasas saturadas acidifica la sangre y favorece la toxemia, lo que se traduce en una piel de peor aspecto.
Tanto el alcohol como el café acidifican el organismo. Para que el cuerpo funcione bien necesita un pH sanguíneo ligeramente alcalino (7,4). La piel y los riñones se encargan de eliminar el exceso de ácido.
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