MTF. Alfredo Arévalo
En otros artículos hemos hablado acerca del rechazo, lo hablamos en la pareja, en la familia en la sociedad, e inclusive hacia sí mismo, vimos que muchas personas rechazan su propia manera de ser y de comportarse, siendo o no conscientes de ello en algunas ocasiones, estas personan han desarrollado unos altos niveles de autocrítica.
El desarrollar esta autocrítica hace que el rechazo suba de nivel, y en ocasiones se puede llegar al autodesprecio, o el odio a uno mismo, que consiste en una forma de crítica extrema que una persona lleva a cabo hacia sí misma, de manera que podría parecer que nada de lo que hace o dice es bueno o lo adecuado. Por todo ello, esa persona pensaría que no es indigna o que no es merecedora de las cosas buenas que la vida podría llegar a brindarle.
El autodesprecio está relacionado con una dinámica psicológica en la que una persona ha integrado y reforzado una serie de sentimientos relacionados a una visión negativa hacia sí misma, de manera que esto impedirá que sea capaz de ver y valorar todos los rasgos positivos que posee y acerca de todo su potencial.
Además, el autodesprecio abarca una serie de sentimientos y pensamientos continuos relacionados con la culpa y la insuficiencia en relación con todo lo que uno hace, por lo que puede causar que las personas lleguen a compararse de forma constante con los demás, percibiendo solamente lo negativo e ignorando lo positivo.
Por ello, creerán que nunca llegarán a ser suficientemente buenos, mientras que la realidad dista mucho de esto puesto que cada persona tiene un valor que la hace única y potencialmente posee la capacidad para cultivar el amor propio y lo que necesita es desarrollar las herramientas necesarias para ello.
Se podría decir incluso que el autodesprecio podría llegar a surgir a partir de una baja autoestima, lo que puede provenir de varios factores y situaciones. Podría partir desde hechos ocurridos durante la infancia o la adolescencia, como por ejemplo haber sufrido algún trauma o haber sido víctima de bullying en el colegio; y estas circunstancias han hecho que esa persona piense que vale menos que los demás o que considere que hay algo malo en ella y que no es merecedora de cariño.
Algunos de los pensamientos más comunes que suelen tener las personas cuando se desprecian a sí mismas pueden ser los siguientes: “sabía que iba a fracasar”, “no sé por qué lo intento, si no lo voy a hacer bien”, “soy un perdedor”, “lo he hecho todo mal”, etc.
Estos ejemplos de pensamientos y otros semejantes son bastante comunes cuando una persona sufre autodesprecio, siendo bastante invalidantes en diversas facetas de su vida por lo que, si no encuentra la forma de desafiar y replantearse esos pensamientos negativos, a la par de ponerse en práctica un tipo de conversación interna más positiva y optimista, es probable que los problemas asociados y la salud mental empeoren. Si fuera necesario, lo más aconsejable sería buscar ayuda profesional. Entonces podemos darnos cuenta de tres aspectos…
Autocrítica excesiva. – Una de las señales más claras de autodesprecio es la autocrítica de manera excesiva. Cuando estas personas cometen algún error, por pequeño que sea, lo lamentan enormemente y suelen tener dificultades para perdonarse por ello. Por ello, es común que maldigan en alto cuando ha ocurrido o que se le venga a la mente una serie de pensamientos negativos dirigidos hacia sí mismos. También es probable que comenten su arrepentimiento por errores del pasado.
Ver solamente el lado negativo. – En este tipo de casos es frecuente que siempre se centren en lo negativo de las cosas, incluso cuando hayan tenido un día bueno o hayan hecho las cosas bien. A pesar de ello, encontrarán algo negativo o que no ha salido a la perfección para poder lamentarse por ello.
Pensamiento dicotómico. – Pensamiento de “todo o nada”, se trata de un modo de pensar a través de cual lo ven todo a su alrededor desde los extremos, de manera que nunca se fijan en que puede haber un término medio y de esta forma, si cometen algún error, tienden a pensar que todo ha salido mal y han fracasado.
“Cuando odiamos a un hombre, odiamos en su imagen algo que se encuentra en nosotros mismos”. Hermann Hesse.