Por Omar García Rosales
En el mundo de los superhéroes son pocos los protagonistas que no han tenido que eliminar a algún enemigo para evitar algún mal mayor en el mundo. Desde hace cincuenta años atrás el enmascarado de la luna Capitán Centella alza la mano dejando en claro que se puede triunfar en este género, sin la necesidad de eliminar a los enemigos.
Producida por Knack Animation y transmitida por Nipon Television en marzo de 1972, la serie animada de Gekkö Kamen (Capitán Centella) nos presentó al inspector Juro Iwai, un joven que buscaba detener a diferentes organizaciones terroristas que amenazaban al mundo. El gran problema de Iwai, es que es solo un hombre ordinario sin ninguna oportunidad en contra de diferentes terroristas y robots gigantes enviados por el Dr.
Dogma, La Garra de Satán, El Dragón y Godan. Aunque al caer la noche un misterioso enmascarado a bordo de una motocicleta conocido como Centella aparecía para salvar el día y hacer que la ley y la justicia se cumplieran.
La serie se encuentra basada en el dorama (serie de televisión) del mismo nombre creado por Kohan Kawauchi en 1958, para competir con Batman, el Zorro y el Llanero Solitario. Con la frase “No odies ni mates, perdona a tu enemigo” el personaje provocaría un efecto favorable en el publico infantil y adulto, convirtiéndose en un éxito inmediato. El personaje emplea el combate cuerpo a cuerpo para dejar inconscientes a sus enemigos y se apoya de lanzar estrellas al estilo ninja, un par de pistolas, un látigo y unas medias lunas usadas a modo de boomerang.
Su vehículo es una motocicleta blanca que cuenta con un diseño único y que posee armas para intimidar y despojar de sus armas a los villanos. Uno sus grandes atractivos es el misterio que rodea a la persona detrás del traje, ya que durante décadas el publico ha debatido si debajo de este es un ser humano de carne y hueso o un ser con habilidades sobrehumanas.
A 50 años de su estreno, la serie animada de Capitán Centella continuó con el legado de la serie live-action que revolucionó a los japoneses y su manera de contar historias en la televisión.
