Por Omar García Rosales
A nuestros días hablar sobre el género “chicas mágicas” en la animación es algo de lo más normal y cotidiano en las nuevas producciones. Pero en los años 90’s no fue una tarea tan sencilla, aunque la llegada de Sailor Moon marcó un antes y un después en el género.
Producido por el estudio Toei Animation y estrenado en marzo de 1992, la historia de Sailor Moon nos presenta a la joven estudiante de 14 años Serena Tsukino (Usagi Tsukino), la cual lleva una vida de lo más normal. Es una estudiante no tan sobresaliente, juega videojuegos y prefiere dormir que ponerse a estudiar. Su vida cambia cuando ayuda a una gata callejera que comienza a hablar con ella y le revela que en realidad ella es Sailor Moon, la guerrera guardiana de la Luna, quien salvará a la humanidad del mal. Con tanta información en su cabeza, Serena comienza a creer que todo ha sido solo producto de su imaginación hasta que es atacada por las fuerzas del mal por lo que la gata Luna, le entrega un broche mágico con el que se transforma en Sailor Moon y derrota al enemigo. Entendiendo y aceptando su destino, Serena no solo tendrá que derrotar a hordas interminables de guerreros leales a las fuerzas del mal comandadas por la misteriosa reina Beryl, sino que tendrá que encontrar a otras guerreras quienes le ayudarán en su difícil misión.
Basada en el manga homónimo de 1991 escrito creada por la mangaka Naoko Takeuchi, la serie animada de Sailor Moon se convirtió en un gran éxito en Japón, ya que la historia que se encontraba originalmente enfocada a la audiencia femenina, logro atrapar a la audiencia masculina por lo que rápidamente su fama se extendió en todo el mundo transmitiéndose en 80 países distintos. Su primera temporada contó con un total de 46 episodios, en la que Serena encuentra a cuatro compañeras guerreras y en la que logran derrotar a la reina Beryl, mientras todas comienzan a recordar sus vidas pasadas como protectoras de la Tierra.
Con la fuerza de la amistad y el amor como ejes principales de la historia, la serie se apoderó del mundo gracias a su inocencia y pureza. Su gran aporte a la industria de la animación fue la de innovar en las historias de las chicas mágicas, en donde se dejaron de largo las historias de alcanzar un sueño posible, por la de salvar al mundo. En Latinoamérica aterrizó con fuerza en el año de 1996 logrando posicionarse como una de las favoritas del publico infantil y adolescente, apoyada de figuras de acción, historietas y videojuegos.
A treinta años de su estreno en el país del sol naciente, Sailor Moon nos presentó la reencarnación de la historia de Romeo y Julieta mediante un grupo de niñas mágicas que buscaban proteger al mundo del mal. Una historia que giraba en torno a la justicia y el amor, que se convirtió en un claro ejemplo de superación y bondad para toda una generación.
