MTF. Alfredo Arévalo
En la vida de todos los cambios constituyen uno de los aspectos más relevantes en la existencia de cualquiera, algunos son complicados, otros son necesarios, esto es porque a lo largo de nuestras vidas, a menudo sentimos que debemos romper con nosotros mismos/as; nos encontramos en nuestra mente con una voz incesante que nos repite “te hace falta un cambio”, y estas palabras nos persiguen de forma reiterativa.
Cuando esto ocurre la mayoría de las veces reprimimos este reclamo en nuestro interior de forma consciente, y en otras ocasiones, en cambio, nos damos cuenta de que esta voz en realidad tiene razón y optamos por satisfacer su petición. Y es precisamente en este punto en el que empieza a plasmarse lo que representa la temática fundamental de este artículo.
¿Qué implica?
Normalmente decimos que vamos a empezar de cero para referirnos a un cambio significativo, pero realmente nunca empezamos desde cero, porque no tenemos la opción de formatearnos, llevamos con nosotros el bagaje de las vivencias de toda nuestra vida.
Es mejor hablar de una renovación, que se realizará de muchas maneras, ya sea cambiando nuestro lugar de residencia porque creemos dejamos de pertenecer ahí, o cortando una relación sentimental en la que nos sentimos atrapadas/os, o simplemente efectuando una vuelta global a nuestra carrera profesional si ya no nos satisface.
Pero, ¿Cómo podemos afrontar estos cambios?, principalmente hay que tener la seguridad de que es lo que queremos, lógicamente esto es más fácil decirlo que hacerlo, pero es el paso inicial y lo que nos brindará la motivación necesaria. Esta decisión está estrictamente ligada a la fuerza interior y a la seguridad en uno mismo; estos también son aspectos fundamentales que debemos cuidar con total dedicación a la hora de plantearnos un cambio vital.
Otra emoción instintiva, que no podemos evitar a lo largo del camino de la renovación, es el miedo, pero nos estamos refiriendo a un miedo sano, constructivo, provechoso, útil. Es el miedo a lo desconocido, como se suele habitualmente denominar. Y esta peculiar tipología de miedo suele ir acompañada de una sensación positiva que la convierte en algo útil, el entusiasmo.
Cómo definimos el entusiasmo básicamente como la curiosidad extrema por el futuro, por lo que nos espera, por el mañana más próximo y más remoto. Esta fusión de miedo y entusiasmo es la que suele alimentarse de nuestro impulso hacia un cambio del que hablábamos al principio de este artículo.
¿Cómo te podemos ayudar en terapia?
Dentro del proceso terapéutico exploramos que herramientas tienes y te pueden servir para alcanzar eso que deseas de una manera saludable, también a controlar ese estado ambivalente y de duda. También se exploran otro tipo de herramientas, las cuales te pueden ayudar a que puedas identificar tus necesidades y tus deseos más reales, más profundos, más apremiantes.
Una vez identificados estos elementos, pasaremos a trazar junto contigo el camino a seguir para lograr el cambio que te has propuesto implementar en tu día a día. Hecho esto, nos centraremos en ahondar en las maneras más productivas de afrontar gradualmente este proceso, guiándote durante el devenir de esta evolución y marcando contigo los pasos a seguir.
“Lo único que nos aparta de la felicidad es el miedo al cambio”. Vanessa Montfort.
Si quieres iniciar un proceso terapéutico personal, de pareja o familiar, puedes contactarme al 618-152-79-65; estaré encantado de atenderte.
