MTF. Alfredo Arévalo
En otros artículos he hablado sobre este fenómeno psicológico, ahora profundizaremos un poco más en este término, la rumiación mental es un síntoma que aparece en varias de las psicopatologías más comunes como ansiedad o depresión, aunque también puede darse como una forma de malestar en personas libres de trastornos.
Para la mayor parte de las personas es común que hayamos experimentado esto en algún momento de nuestras vidas, en mayor o menor grado, pero hay quien tiene que enfrentarse a ella de manera habitual; si tu sientes que esto te está afectando de manera cotidiana, puedes contar con que existen varias cosas que podemos hacer para detener esta desagradable experiencia, y modificarla de tal manera que su presencia no afecte nuestra salud mental.
¿En qué consiste?
Como lo he mencionado antes en otros artículos, la rumiación mental es una alteración psicológica que en ocasiones desemboca en una sensación de malestar pero que no constituye en sí misma una psicopatología; está presente en pacientes que tienen síntomas de depresión o ansiedad.
Para profundizar más debemos recordar como es el proceso de digestión de algunos animales como las vacas, cabras, ovejas, etc., que comen algo luego lo regurgitan para redigerirlo, este proceso se conoce como rumiación. En nuestro caso no es que hagamos eso con los alimentos, en el sentido del cual estamos hablando lo que redigerimos son nuestros pensamientos o situaciones.
Este fenómeno se manifiesta a través de la tendencia a sufrir pensamientos intrusivos con capacidad para perturbarnos de alguna u otra forma, y los cuales no podemos “expulsar” de nuestra cabeza a pesar de que sentimos que necesitamos dejar de pensar en ellos. La frustración que genera esto hace que se produzca un círculo vicioso: el malestar nos lleva a seguir intentando desesperadamente alejarnos de esas ideas o imágenes que aparecen en nuestra consciencia, y eso facilita que estas vuelvan a nosotros una y otra vez.
Aquí es necesario aclarar que si tratas de buscar algo más referente a este tema no hay que confundir la rumiación mental con el trastorno por rumiación; este último forma parte de los trastornos alimentarios.
Características
- Pensamientos intrusivos. – Si una idea que nos viene una y otra vez a la mente no llega a resultarnos desagradable, frustrante, triste o ansiógena de algún modo, no se puede hablar de rumiación mental.
- Culpa. – Es frecuente que los pensamientos intrusivos tengan que ver con recuerdos que nos hacen sentir culpables en algún modo.
- Insomnio y problemas para dormir. – comúnmente se presentan por la noche, cuando nos desconectamos aparentemente de todo lo que hicimos en el día para poder descansar. Si alguien experimenta este fenómeno, es muy probable que buena parte del tiempo en el que su foco atencional queda fijado en esos pensamientos intrusivos ocurra estando en la cama.
¿Qué hacer?
- Meditación. – Dentro de la práctica de la meditación hay diversos ejercicios que pueden ser muy útiles para gestionar algunas sensaciones y emociones que consideramos negativas. El efecto inmediato de esta práctica es centramos en el aquí y el ahora, sin dejar que las obsesiones ni las preocupaciones nos arrastran y nos hagan perder el control.
- Ejercicio. – Hacer ejercicio es una muy buena manera de desconectar, porque lleva nuestra atención hacia sensaciones corporales muy concretas y hacia metas a muy corto plazo.
- Técnica de detención del pensamiento. – Existen varias herramientas para poder controlar estos pensamientos, una muy usada en terapia al momento de tratar problemas relacionados con la ansiedad es detener el pensamiento, en un principio puede que no funciones por diversas circunstancias, por ello es necesario ir adaptándola a tu persona y repetirla hasta que consideres que funciona.
Cuando sientas que va a comenzar la rumiación mental ve a un lugar tranquilo y dedica un par de minutos a reconocer lo el contenido de esos pensamientos y lo que te hacen sentir; llegado un momento, que debes haber planeado con anticipación para fijar un límite de tiempo, pronuncias la palabra clave que asocies con el cese del movimiento de tu flujo de pensamientos (Fin, Alto, Basta, Detente), , y deja que ese concepto congele tu actividad mental, hecho esto puedes seguir con lo que estabas haciendo.
- No intentes bloquear por completo los pensamientos desagradables. – la técnica sirve para detener el torrente de pensamientos y frenar la rumiación, pero no hay que pretender eliminar lo que nos está pasando, porque esto es imposible sin conocer qué lo detonó, si lo intentas no solo te frustrarás, sino que además estarás motivando a que suceda la rumiación mental.
“Cada gesto del ser humano es sagrado y está cargado de consecuencias y eso me obliga a pensar más sobre lo que estoy haciendo”. Paulo Coelho.
Si quieres iniciar un proceso terapéutico personal, de pareja o familiar, puedes contactarme al 618-152-79-65; estaré encantado de atenderte.

