- Otro golpe a la economía.
- En la primera quincena del mes de julio podría darse el ajuste.
César Rodríguez / La Voz de Durango
Ante la demanda de los sindicatos de revisar la tarifa del transporte público, se ha realizado un estudio técnico donde se analizan diferentes puntos alrededor de este servicio, evaluando factores como el encarecimiento del combustible y otros insumos, se prevé el ajuste de precios a partir de la primera quincena de julio.
En Durango la tarifa estándar de los autobuses con ruta urbana es de 10 pesos y los estudiantes, adultos mayores y personas con discapacidad tienen tarifa preferencial de cinco pesos, el aumento puede variar entre uno y dos pesos.
Declaraciones de estudiantes usuarios del transporte, es que los choferes de los colectivos desde el cierre de las escuelas por la situación sanitaria, no aceptan la tarifa preferencial de cinco pesos aun y cuando presentan su credencial vigente de la escuela, terminan por cobrar la tarifa normal de 10 pesos comentando que no se acude a clases presenciales.
Este aumento sería un golpe a la economía del duranguense, aunado a todos los incrementos en combustibles e insumos de primera necesidad, tal es el caso de Teresa Salas y Margarita Cardona, trabajadoras que se dedican a la limpieza de la ciudad, quienes aseguran un aumento en la tarifa del transporte se convertiría en un grave problema.
Margarita explicó, que ella toma dos camiones diariamente y el sueldo que percibe no alcanza para muchas cosas, “sea uno o dos pesos, el incremento para mi familia si afecta, la gente lo puede ver poco, pero pagar cuatro pesos más diariamente, hace la diferencia al final de la quincena”.
Para Teresa, transportarse de su casa a su trabajo ubicado en el Panteón de Oriente implica tomar cuatro camiones, por lo cual un incremento sería incosteable para ella ya que gastar hasta 48 pesos en transporte diariamente es demasiado, “si sube el camión, yo no lo puedo pagar, entre la tortilla y el gas ya no encuentro qué hacer, prefiero bajarme en la central camionera e irme caminando”.
En cambio para Martha Sariñana, trabajadora social y única fuente de ingreso para su hogar, mencionó, que tiene miedo del aumento, puesto que la tarifa ya es alta, y las condiciones físicas y de servicio de los autobuses dejan mucho que desear, “mi hijo es estudiante y con el regreso a clases presenciales tendría que tomar cuatro autobuses diariamente, más el gasto diario de la escuela y las inscripciones, se me va a poner muy difícil”.
