Por Omar García Rosales
Existen pocas series de televisión que pueden enganchar a millones de televidentes semana con semana y con el pasto del tiempo mantenerse en el gusto del público. Game of Thrones nos presentó como la disputa por un trono entre diferentes familias enfrentadas en luchas de odio, sangre y secretos, son elementos suficientes para convertirse en un fenómeno mundial.
Basada en la saga literaria homónima de George R.R. Martin, la serie Game of Thrones nos transportó a la era la era medieval en donde siete reinos coexisten en un inhóspito territorio amenazado por un largo y peligroso invierno, el cual encierra una gran amenaza milenaria para todos los habitantes. La historia transcurre quince años después de la guerra del Tridente, campaña iniciada por Robert Baratheon en contra del Rey loco Targaryen, ocasionando que los reinos se unieran para acabar con la tiranía del rey. Al finalizar el conflicto Robert se alzó como el rey consiguiendo la tan anhelada paz y tranquilidad en los siete reinos. Pero con el pasar del tiempo los problemas personales de cada reino, así como sus oscuros secretos de guerra y anhelos de conquista, terminaron causando un nuevo y terrible conflicto.
La serie rápidamente se convirtió en todo un éxito, marcando una época en la televisión y los espectadores, ya que uno de sus puntos fuertes era la de ofrecer algo para todo el mundo gracias a sus diferentes y atractivos personajes, giros inesperados, grandes dosis de sexo y violencia. Sin lugar a dudas una producción digna de una película, apoyada por el uso de las redes sociales para analizar y discutir cada uno de sus episodios, elementos que le convirtieron en una de las mejores series de la historia.
Durante ocho temporadas acompañamos las alegrías y penurias de las diferentes familias de los siete reinos, en un mundo en donde la magia negra, los dragones, visiones del pasado y secretos por revelar, fueron el andar diario de la serie en una trama llena de traiciones, mentiras, engaños, batallas épicas, acción y cambios inesperados en la historia.
En sus últimas dos temporadas se tomaron muchas libertades con respecto a su contraparte literaria, debido a que la historia se encuentra aún sin finalizar, por lo que muchos de los cambios comenzaron a dividir al público. Contando con una temporada final muy criticada debido a la premura de cerrar la gran mayoría de arcos argumentales de sus personajes y un final que no dejó a muchos del todo contentos.
A diez años de su adaptación televisiva, Game of Thrones manejó siempre tres puntos importantes. Los secretos entre los diferentes reinos y sus gobernantes, el pasado de los hechos que ocasionaron la Guerra del Tridente y la amenaza que traía consigo el invierno. Una serie que nos dejó en claro que, al jugar en el juego de tronos, o ganabas, o morías.
