Por Omar García Rosales
Un mundo lleno de magia y fantasía donde todo es posible, es uno de los ingredientes que Hollywood busca para llevar a la pantalla grande. Hace quince años un conflicto entre las fuerzas del bien y del mal, nos trasladó a través de un armario al peligroso y frio mundo de Narnia.
Dirigida por Andrew Adamson (Shrek 1 y 2) y estrenada en diciembre de 2005, Las Crónicas de Narnia: El León, La Bruja y el Ropero, nos sumerge en Inglaterra en el conflicto de la Segunda Guerra Mundial. Aquí conocemos a los hermanos Pevensie conformados por Peter, Susan, Edmund y Lucy, quienes han sido enviados por su madre a la casa de un profesor amigo de la familia en las afueras de Londres para refugiarse del conflicto bélico. Accidentalmente al estar jugando descubren el mundo mágico de Narnia al cual solo se puede acceder mediante un armario mágico. En este lugar de fantasía se enteran de que no solo de que todos los animales pueden hablar con ellos, sino que desde hace 100 años el lugar es azotado por un terrible invierno cortesía de la Bruja Blanca Jadis (Tilda Swinton), la cual se autoproclamó Reina de Narnia contra la voluntad del león Aslan (Voz de Liam Neeson), quien está reuniendo a un gran ejercito para derrocar a Jadis y regresar todo a la normalidad.
La llegada de los hermanos Pevensie será la pieza final del plan de Aslan, ya que, según una antigua profecía, cuatro hermanos están destinados a ser reyes de Narnia y su llegada significa el fin del invierno y reinado de la bruja blanca. Pero antes, el ejército del león tendrá que derrotar a las hordas leales de Jadis, mientras que los hermanos tendrán que vencer sus propios miedos y defectos como humanos, para poder tener una oportunidad ante la difícil misión que les ha presentado el destino.
Basada en la obra homónima escrita por C.S. Lewis, el film intentó aprovechar el gran recibimiento que las sagas Harry Potter y El Señor de los Anillos tuvieron en el público, para presentarnos un mundo lleno de magia, con personajes mezcla de criaturas de la mitología clásica y la nórdica y un grupo de hermanos que tienen que salvar el día, aunque no consiguió convencer a todo el público. Ya que fue clasificada como una película para niños con grandes efectos especiales, con un pobre guion y una historia plana. Aunado a esto, la poca base de seguidores de la obra literaria terminó enviando a la cinta y a sus continuaciones al olvido.
A quince años de su estreno en cines Las Crónicas de Narnia: El León, La Bruja y el Ropero, es una producción que respeto la esencia de su creador, al presentarnos una lucha entre el bien y el mal, mientras observamos las diferentes virtudes de un grupo de hermanos. Una entrega que nos invita a entrar a un mundo paralelo al nuestro en donde la magia y la fantasía conviven plenamente.
