MTF. Alfredo Arévalo
En ocasiones se pueden presentar conflictos dentro de la pareja, la familia, o amigos, y estos aparecen por una diferencia de opinión; como ya he mencionado anteriormente somos seres individuales, que buscamos pertenecer a un grupo de amigos con pensamiento similar; mientras que la relación de pareja se basa en que a esas similitudes se le suma una atracción física; y dentro de la familia, aun cuando hay un lazo de sangre, hay preferencias dentro de los miembros para que se dé una interacción mayor que con el resto.
Cuando se da una diferencia de opinión dentro de cualquiera de estas relaciones no es que haya fracasado el proceso de selección, o que las similitudes que veíamos ya no están, simplemente se trata de que nuestra personalidad es única y ve las cosas de manera diferente; esto en si no crea el conflicto, la causa son las expectativas que se rompen en relación a la persona o las circunstancias.
En una sesión de pareja, ambos llegaron argumentando de manera personal lo que creían que causaba el conflicto; ella decía que a él le molestaba como era; mientras que él aseguraba que para estar bien tendría que cambiar cosas. Hay un punto en toda relación donde se olvida el por qué eligieron estar con la persona, cuando llega ese punto el síntoma evidente es la incomodidad, que se observa en querer cambiar a la persona, para que sea más parecida a uno u otro, o que haga las cosas como él o ella las haría.
Me han llegado a decir «vengo a que lo cambie», y en ese punto yo pregunto «y ¿Por qué no cambia usted?», normalmente la respuesta es «porque yo no estoy mal». Siempre he pensado que no hay una verdad absoluta, y por ello el catalogar situaciones como buena o mala, limita el pensamiento drásticamente, por otro lado si esta persona tuviera la duda de que él es quien está mal, la historia cambia completamente.
En las relaciones de pareja se observa este problema con mayor claridad y frecuencia; pero eso no restringe su aparición en otras relaciones, y el conflicto en sí es lo que genera un malestar dentro de la persona, pues así como se tiene una expectativa única, cuando esta ilusión de lo que podría pasar no es la que realmente pasa, la persona sufre por eso que no existe. Supongamos que un amigo o un familiar te invita a un lugar, desde ese momento se inicia la fantasía de lo que podría pasar, y en caso de necesitar ser escuchados, apoyados, recibir halagos, consejos, etc., se incluyen dentro de esa fantasía, y cuando no ocurre se genera el malestar, si se habla en ese momento, posiblemente sea para reclamar que no paso, no importa el contexto, solo lo que nos duele.
Esto se puede evitar si nos damos cuenta a tiempo, y reconocer que se tenían expectativas sobre lo que iba a pasar, sobre la persona, o sobre la relación en sí; al momento de reconocer le estamos dando un sentido de realidad, y podríamos saber que la persona no lo hace para dañar, sino que también llevaba su fantasía y buscaba que se cumpliera. Audre Lorde dice «No son nuestras diferencias lo que nos divide, sino la incapacidad de aceptar esas diferencias«.
Debemos aceptar que por esas diferencias decidimos ser amigos de ciertas personas, tener una relación, o acercarnos más dentro de la familia; si dejamos de ver eso caemos en la idea errónea de «yo estaría mejor si él/ella cambiara» esto es una imposición de nuestras necesidades ante las del otro, en ocasiones sedera, en ocasiones no, pero esto no lo hace bueno o malo, simplemente es una persona diferente a ti.
Si tienes alguna duda si es un conflicto real o a causa de la fantasía que creaste, pregúntate ¿alguna vez me ha insultado?, ¿es una persona que me lastimaría?, si la respuesta es afirmativa hay un antecedente, entonces podrías cuestionar lo más importante ¿Qué expectativas tengo de esta persona o la relación?, al responder esto sabrás que cosas le has incluido que no están ahí, y podrás asentar las expectativas a la realidad, en caso de que ya te des cuenta de todo esto y sigues esperando que la otra persona cambie, recuerda que no tienes control de las decisiones de los demás, y posiblemente sea un intento desesperado de que esto se adapte a lo que deseas tener.
“Hay una diferencia entre el tipo de sufrimiento que no podemos evitar y un sufrimiento que elegimos.” August Diehl.
Sobreviviremos al próximo lunes… si aceptamos nuestra realidad.
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