MTF. Alfredo Arévalo
El trabajo es una parte fundamental en nuestras vidas, no únicamente nos aporta seguridad económica sino también es considerado una fuente de bienestar y equilibrio, psicológico y social. Es cierto que muchas personas ven trabajar como algo negativo, pero realmente el empleo ejerce un importante factor de protección para nuestra salud, puesto que nos da identidad, estabilidad económica y nos sirve para estructurar nuestro tiempo, sentirnos útiles y valorados.
Sin embargo, en algún momento de nuestras vidas nos tenemos que enfrentar a una situación de desempleo, independientemente de cómo se haya llegado a esta situación, si ésta se alarga en el tiempo la persona sin trabajo empezará a padecer una serie de transformaciones emocionales, psicológicas y sociales que no deben ser menospreciadas.
De hecho, la salud de las personas desempleadas es más frágil que la de las personas con empleo, teniendo el doble de riesgo de sufrir problemas psicológicos como depresión, trastornos de la ansiedad, y psicosomatización, además de afectar directamente en la reducción de su autoestima. Naturalmente, cada persona puede vivir la situación del desempleo de forma distinta, pues todos tenemos una manera única de ver el mundo, tenemos diferentes recursos como el apoyo social y familiar, que también es diferente. Aún así, si una persona desempleada no consigue encontrar trabajo por mucho tiempo tarde o temprano su salud mental se verá resentida, manifestando los graves efectos psicológicos del desempleo.
Fases
Como mencionábamos antes, los principales efectos psicológicos del desempleo se reflejan en la autoestima, estrés, ansiedad y los sentimientos negativos en general, como son la desvalorarización, desesperanza, irritabilidad y apatía; estos son los síntomas más importantes, sin embargo no se manifiestan al principio, sino pasados unos cuantos meses.
Fase 1
El entusiasmo: esta es la primera etapa y puede durar cerca de seis meses desde que la persona pierde su empleo. Aun con la incertidumbre la persona intenta ver la mala noticia de su despido de una forma un tanto positiva, creyendo en sus posibilidades de encontrar un nuevo empleo y viendo esta etapa como un periodo de vacaciones. Su optimismo lo hace poner mucha energía en buscar un nuevo trabajo pues sus expectativas son altas, en este punto se podría presentar alguna crisis, pero no será grave.
Fase 2
Estancamiento: se encuentra entre los seis y los 18 meses, la persona aun no ha conseguido empleo, por lo que comienza a replantear su situación, su valor como persona y evaluará sus expectativas; en este punto analizará si las expectativas eran poco realistas; aparecen la desmotivación y es normal que empiece a reducirse la búsqueda activa de trabajo. Es aquí donde los síntomas serán más graves, además, muchas personas empiezan a sentir vergüenza o culpa por no encontrar empleo, y como consecuencia de ello se sienten muy irritables, nerviosas, y en ocasiones hasta agresivas.
Fase 3.
Desanimo: esta etapa va entre los 18 y 24 meses; la persona comienza a resignarse, incluyendo en su identidad la palabra “desempleado”. Su estado emocional tiende hacia la depresión, además de tener sentimientos de inferioridad, apatía, desesperanza, fracaso y tristeza.
Fase 4.
Resignación total: Esta etapa empezaría cerca de los dos año de haber perdido el empleo, en este punto ha perdido toda esperanza de volver a trabajar, se resigna totalmente a ello. Ya no busca empleo, lo considera una pérdida de tiempo, además de que siente ansiedad por buscar y que le vuelvan a rechazar.
Si has pasado por las cuatro fases, ahora debes de tener un gran vacío, sintiéndote menos valioso que las personas que sí trabajan y, también, además de que junto con el trabajo perdiste una parte de tu identidad, pues tu profesión ya no te define, y esto hace que sientas una frustración crónica. Es por ello que en relación al tiempo que tengas sin trabajo mayor será la capacidad de realizar el antiguo trabajo con el mismo empeño, sientes que perdiste tu habilidad, por lo que ya no buscas lo mismo, o te conformas con cualquier otra cosa.
¿Qué hacer?
Como hemos podido ver, cuanto más tiempo nos pasamos desempleados más se resiente nuestra salud mental, y presentarse algunos problemas psicológicos, si esto pasará podrías acudir a u profesional, para que te ayude a resignificar la realidad que estas viviendo, así como mostrarte las herramientas que tienes para evitar desanimarte o juzgarte con tanta dureza por la pérdida del empleo.
Sería mejor evitar ver esto como vacaciones, no es que sea algo malo, puede ser necesario para recargar energía, pero que esta etapa no dure mucho tiempo, si se extiende puede que los síntomas se presenten con mayor rapidez, principalmente evita hacer una interpretación negativa, y aprovecha el tiempo reforzando tu formación haciendo que seas más competitivos en el mercado laboral.
El desempleo es una situación pasajera y temporal, si bien tiene muchas complicaciones y cargas psicológicas, no dejes que esto te marque, evita que la identidad “desempleado/a” arraigue en tu mente. Finalmente, es necesario organizar nuestro tiempo, no son vacaciones, puede ser un descanso, pero es necesario cubrir las horas que teníamos de trabajo con alguna actividad que nos ayude a superarnos personal y profesionalmente, y como ya se los he dicho antes, es un buen momento para dedicarnos a nosotros mismos, buscar nuestras aficiones, practicar deporte, cuidarnos y formarnos.
“Es horrible pretender que no necesitas el amor cuando así es; o que te gusta tu trabajo cuando sabes muy bien que eres capaz de algo mejor.” Doris May Lessing.
Sobreviviremos al próximo lunes… si nos cuestionamos nuestra realidad.
Si tu vida está en un momento complicado y sientes que necesitas ayuda, puedes contactarme al 618-152-79-65, con gusto te acompañaré y buscaremos una solución.
