Por: José Adrián Ayala Simental.
¿Qué tal? Nos encontramos de nuevo compartiéndote otro interesante tema, que a ti como padre de familia te permitan apoyar el desarrollo deportivo de tu o tus hijos de acuerdo a la experiencia y desde el lado de mi especialidad, soy José Adrián Ayala Simental, me desempeño como psicólogo deportivo. La otra mitad del entrenamiento.
¿Estamos enseñando a nuestros jóvenes a aprender y a crecer con el error o a vivir presos de él?
En cada cancha, salón de clases o espacio de entrenamiento vemos lo mismo: niños y adolescentes que se esfuerzan por ser mejores, que sueñan con llegar lejos, pero que también cargan con un miedo silencioso… el miedo a equivocarse. Y ese miedo, si no se trabaja, se vuelve un enemigo poderoso que limita su potencial y su bienestar.
Un error no debería ser un peso que marque su identidad. Sin embargo, ¿cuántas veces los adultos, sin darnos cuenta, hacemos que lo vivan así? Al presionar con frases como “no puedes fallar”, “tienes que ser el mejor” o “no me vengas con excusas”, les enviamos un mensaje equivocado: que equivocarse es imperdonable.
¿Qué pasa cuando un joven vive preso del error?
Pierde confianza en sí mismo. Empieza a creer que su valor depende de no fallar nunca.
Evita los retos. Prefiere no intentar algo difícil para no arriesgarse a fallar.
Se frustra con facilidad. Cualquier tropiezo se convierte en una crisis.
Se vuelve vulnerable a la presión externa. Las críticas lo derrumban en lugar de impulsarlo.
Corre el riesgo de buscar escapes nocivos. Cuando el miedo y la frustración son insoportables, muchos jóvenes buscan alivio en conductas que ponen en riesgo su salud y su futuro.
Esto no solo se refleja en el deporte. Un niño que no sabe manejar el error tendrá problemas para enfrentar los desafíos académicos, laborales y personales. Si fracasa en un examen, en una entrevista de trabajo o en una relación, puede sentir que “no sirve para nada”.
¿Qué podemos hacer los adultos?
Enseñar que el error es parte del proceso. Fallar no es el fin, es una oportunidad para mejorar.
Reforzar el esfuerzo y la valentía, no solo el resultado. Que el mensaje sea: “me siento orgulloso de ti porque diste tu máximo, no porque ganaste”.
Ayudarlos a desarrollar resiliencia. Que aprendan a levantarse rápido y con aprendizaje cada vez que caen.
Dar ejemplo con nuestras propias actitudes. Cuando un padre, un entrenador o un maestro reconoce sus propios errores y sigue adelante, enseña más que mil palabras.
Brindarles herramientas emocionales profesionales. La psicología deportiva no es un lujo; es una inversión para formar personas seguras, con carácter y con recursos para la vida.
¿Por qué es tan importante la formación psicológica?
Porque no todos los padres saben cómo manejar estas emociones. No es culpa de nadie: simplemente nunca nos enseñaron cómo.
Porque un psicólogo especializado puede detectar señales de alerta. Ansiedad, baja autoestima o intolerancia a la frustración no siempre son fáciles de ver a tiempo.
Porque el acompañamiento profesional fortalece la relación padre-hijo y entrenador-jugador. No se trata de sustituirlos, sino de sumarles herramientas.
Porque la salud emocional es la base del rendimiento. Un niño con una mente fuerte juega mejor, estudia mejor, vive mejor.
El verdadero triunfo
Si queremos que nuestros hijos y alumnos lleguen lejos en el fútbol, en la escuela o en la vida debemos enseñarles que un error no los define. Lo que los define es su capacidad de intentarlo una y otra vez, sin rendirse.
Como psicólogo especializado y exfutbolista profesional, sé lo difícil que es caminar este camino sin el apoyo adecuado. He estado en ambos lados: como jugador que sintió la presión y como profesional que hoy ayuda a padres y entrenadores a que sus hijos no carguen con ese peso innecesario.
PREGUNTATE
¿Queremos formar campeones del marcador o campeones de la vida?
La respuesta está en nuestras manos. Darles herramientas emocionales es tan importante como darles un balón, unos zapatos o un buen entrenamiento.
SIGUEME EN REDES
Por esta ocasión busque presentarme y la siguiente edición comenzará a compartir diversos temas como los que publico en @Adrian Ayala Psicólogo Terapia Cognitivo Conductual en Facebook, @adrian_psicologo en Instagram y también @ayala022 en TikTok.
Estoy aquí para colaborar contigo en este objetivo.
Mi trabajo es fortalecer la parte emocional de tus jugadores para que lleguen más lejos, más fuertes… y sobre todo, más felices.
Porque en el fútbol formativo, el marcador final no es el que está en la pizarra:
es el que queda en la vida de los jóvenes que confiaron en nosotros.
