Por: L.N. Cuquis Hinojosa
Estimados lectores, nuevamente nos encontramos en este espacio y en esta ocasión les voy a compartir un interesante tema que deseo sea de su interés. Cuerpos Reales: La piel que queda y la belleza que no se ve en el espejo.
CUERPOS REALES
En un mundo saturado de imágenes retocadas, filtros y promesas de “vientres planos en 21 días”, se nos olvida una verdad muy simple: el cuerpo cambia, y esos cambios también son salud. Muchas personas que atraviesan un proceso de pérdida de peso significativa o viven la experiencia del embarazo se encuentran con un “nuevo cuerpo” que no siempre se parece al que habían imaginado.
LA PIEL SOBRANTE
Que queda tras bajar varios kilos, o la pancita que se forma después de gestar una vida, no son errores del cuerpo. Son huellas de lo que fue, de lo que logró. Pero lo que suele pasar es que, en lugar de celebrarlo, se vive con frustración. Especialmente en redes sociales, donde se aplaude el “antes y después” pero pocas veces se muestra el “durante” o el “cómo se ve realmente después”.
¿POR QUÉ QUEDA PIEL O FLACIDEZ?
Cuando se baja de peso de forma considerable, sobre todo en poco tiempo, es común que la piel no tenga la misma elasticidad para adaptarse al nuevo volumen. Lo mismo ocurre con el abdomen después del embarazo: los músculos abdominales se distienden, el útero crece, la piel se estira… y aunque el bebé ya no esté dentro, el cuerpo no vuelve a ser exactamente el mismo. Y está bien.
FISIOLOGÍA PURA
No es una cuestión de falta de ejercicio, “no echarle ganas” o “no haberse cuidado lo suficiente”. Es fisiología pura. Hay factores como la genética, la edad, el tipo de piel, los embarazos previos, el ritmo de pérdida de peso y el tono muscular que influyen directamente en cómo se adapta nuestro cuerpo.
LA OBSESIÓN POR EL VIENTRE PLANO
Culturalmente, se nos ha enseñado a desear un abdomen plano como sinónimo de éxito, control y belleza. Pero lo cierto es que, en muchas personas (especialmente mujeres que han sido madres) un abdomen completamente plano no es ni realista ni saludable como única meta.
VARIOS FACTORES
Claro que fortalecer el abdomen, comer bien y moverse es fundamental. Pero no para castigar el cuerpo, sino para cuidarlo. Para agradecerle. El vientre que ya no es plano muchas veces fue cuna, fue refugio, fue contenedor de vida. Y esa piel suelta no es “piel de más”, es testigo de una batalla ganada.
CERRAR CON VERDAD, NO CON RETOQUES
La salud no siempre se ve estética. Y la estética no siempre es salud. Como nutrióloga, me toca acompañar a muchas personas que quieren transformar su cuerpo, y mi trabajo es recordarles que su valor no depende del espejo.
EN CONCLUSIÓN
Sí, se puede mejorar la masa muscular, cuidar la alimentación, trabajar la autoestima… pero nada de eso funcionará si se hace desde el rechazo. Tu cuerpo no está fallado porque no se ve como una foto editada. Tu cuerpo está vivo, cambiante y valiente. Esa es la verdadera meta: reconocerlo con dignidad, aunque el abdomen ya no sea plano.
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