Sara Valenzuela / La Voz de Durango. Entre el dolor, la impotencia y la exigencia, madres de familia se manifestaron este viernes en la Plaza de Armas de Durango para exigir a las autoridades avances concretos en la localización de sus hijos desaparecidos en los últimos meses en el estado de Sinaloa.
La señora Martina Esquivel Cisneros relató que su hijo desapareció junto con un amigo el pasado 12 de noviembre, entre El Palmito y Concordia, en Sinaloa. Mencionó que la última vez que tuvo contacto con él fue a las 5 de la tarde de ese día, cuando le respondió un mensaje. Y posteriormente su celular quedó sin conexión. Desde entonces, refirió que no ha recibido información útil ni atención oportuna por parte de las fiscalías, tanto de Durango como de Sinaloa, donde ocurrieron los hechos.
“Nos dicen en fiscalía de aquí que hay que esperar, a la fiscalía de Sinaloa, la verdad, no hemos ido, pero aquí sí, y nada más nos dicen eso, mi hijo y su amigo Jorge desaparecieron el 12 de noviembre entre el palmito y concordia, entre 5 y 7 de la tarde, ya no volvimos a tener comunicación con ellos, a las 5 de la tarde fue la última conexión que tuvo mi hijo, que le mandé mensaje, me lo respondió, pero después de ese horario ya no recibo mensajes, ya no recibí llamadas, ya no tuvimos ninguna comunicación con ellos, con ninguno de los dos”, expresó.
Por su parte, Carolina Ávila Pérez denunció que su hijo desapareció en Mazatlán, Sinaloa, el pasado 21 de mayo. A pesar de que acudió a la Fiscalía del estado vecino y pidió información, hasta ahora no ha recibido ninguna respuesta.
“Nunca me contestaron, yo voy para allá y ellos me dicen que no hay nada, yo me tengo que esperar hasta que ellos me digan, me han dicho que se han realizado una búsqueda en particular, que iban a revisar las llamadas y las cámaras, por lo mismo que pasó y me dijeron que todavía no tienen nada”(…)”Mi hijo desapareció en Mazatlán, Sinaloa el 21 de mayo, cumplió 19 años el 7 de julio”(…)”Las autoridades no me dicen nada, nosotros sabemos que son casos que a ellos no les importa lo que pase con nuestras familias, que nosotros somos los que tenemos que buscar y pues alzar la voz por ellos, porque si no hacemos nada por ellos nadie lo va a hacer.”(…)”Él ya tenía un mes trabajando en Mazatlán, yo sé dónde trabajaba, era albañil, trabajaba con un primo de él, yo sabía todo, mi hijo no andaba mal”, lamentó.
Desafortunadamente ambas mujeres coinciden en que la carga emocional y la responsabilidad de buscar recae únicamente en las familias ya que desde hace tiempo no reciben una respuesta, por lo que, pidieron a las autoridades más compromiso, coordinación entre estados y voluntad política para atender estos casos con urgencia y sensibilidad.

