Sara Valenzuela / La Voz de Durango. Este sábado 12 de julio en la capital duranguense, a partir de las 3 de la tarde se registró una intensa tormenta de lluvia que vino acompañada de fuertes vientos y granizo, dejando afectaciones significativas, especialmente en la zona sur de la ciudad.
De acuerdo con la información de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) en tan solo 12 horas, la ciudad registró 52 milímetros de lluvia, es decir, casi la mitad del promedio mensual de precipitaciones de julio, que es de 117 milímetros.
*Afectaciones en la ciudad*
Las precipitaciones provocaron la caída de árboles, postes y cables. Calles y avenidas inundadas, cortes de energía eléctrica en diferentes colonias y fraccionamientos, domicilios y negocios que llegaron hasta 50 cm de agua acumulada, vehículos varados, más de 50 colonias afectadas y también más de 100 reportes al número de emergencias 911.
*Trabajo realizado por parte de las autoridades*
Derivado a los daños presentados en diferentes puntos de la capital, las autoridades de diferentes dependencias tales como Protección Civil y Seguridad Pública activaron cárcamos de bombeo, destaparon alcantarillas, auxiliaron a personas atrapadas en sus vehículos, colocaron costales para contener el agua, y canalizaron los reportes a CFE para restablecer la energía.
*La sequía se reduce significativamente en Durango*
Aunque las lluvias han generado afectaciones, también han contribuido a una notoria mejora en las condiciones de sequía que enfrentaba el estado. Según datos oficiales de la CONAGUA, al 15 de mayo, el 94.5% del territorio de Durango presentaba algún grado de sequía, con 9 municipios en categoría excepcional (D4). Mientras que, para el 15 de junio, la sequía se redujo al 60.4% del territorio, con solo 2 municipios en categoría extrema (D3). Sin embargo, para el 30 de junio, el porcentaje bajó drásticamente a 13% del territorio, sin presencia de sequía severa ni extrema. Solo 13 municipios se mantienen en sequía moderada y 11 en condición anormalmente seca.
Por lo tanto, esto muestra que, aunque aún hay zonas en condiciones de estrés hídrico, las precipitaciones recientes están comenzando a revertir los efectos de la prolongada sequía que ha afectado al estado.

