Por: L.N. Cuquis Hinojosa
Queridos lectores, nos volvemos a encontrar en esta edición. Para esta ocasión les voy a compartir otro tema muy interesante.
EL NUTRIÓLOGO: MUCHO MÁS QUE BAJAR DE PESO
Cuando pensamos en un nutriólogo, lo primero que viene a la mente suele ser alguien que te pone a dieta para bajar de peso. Pero esta visión es muy limitada. La nutrición clínica va mucho más allá de lo estético: tiene un papel crucial en la prevención, tratamiento y recuperación de enfermedades, especialmente en el entorno hospitalario.
EN UN HOSPITAL
El nutriólogo no solo calcula calorías, sino que evalúa el estado nutricional de cada paciente, identifica riesgos, y diseña planes de alimentación terapéuticos que favorezcan su recuperación. Uno de los momentos más importantes donde su intervención es indispensable es antes y después de una cirugía.
NUTRICIÓN PREQUIRÚRGICA
PREPARAR EL CUERPO PARA SANAR
Antes de una cirugía, muchos pacientes llegan con deficiencias nutricionales sin saberlo. Esto puede aumentar el riesgo de infecciones, retrasar la cicatrización y complicar el proceso de recuperación. Un plan alimenticio adecuado en la etapa prequirúrgica ayuda a fortalecer el sistema inmune, mejorar el estado general del paciente y reducir riesgos durante la intervención.
NUTRICIÓN POSTQUIRÚRGICA
MÁS ALLÁ DEL PLATO
Después de una cirugía, el cuerpo entra en un proceso de reparación que demanda energía, proteínas, vitaminas y minerales. Aquí, el nutriólogo interviene ajustando la dieta según el tipo de cirugía, la condición del paciente y posibles restricciones digestivas o metabólicas. En casos donde el paciente no puede alimentarse por vía oral, entra en juego la nutrición enteral (por sonda) o la nutrición parenteral (vía intravenosa), ambas diseñadas y supervisadas por el equipo de nutrición clínica.
ESTAS ESTRATEGIAS
No solo mantienen al paciente nutrido: pueden marcar la diferencia entre una recuperación rápida o complicaciones graves como infecciones, pérdida de masa muscular o retraso en el alta hospitalaria.
NUTRICIÓN EN HOSPITAL
UNA INTERVENCIÓN QUE SALVA VIDAS
En las salas de hospital también se atienden casos de desnutrición, obesidad con complicaciones, pacientes críticos, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas como diabetes, insuficiencia renal o hepática. En todos estos casos, el nutriólogo diseña estrategias personalizadas para mejorar la respuesta al tratamiento médico y reducir tiempos de estancia hospitalaria.
LA ALIMENTACIÓN
También puede convertirse en un tratamiento en sí mismo: modular la inflamación, prevenir úlceras por presión, mejorar el control glucémico o apoyar la función renal son solo algunos ejemplos.
UN CAMBIO DE VISIÓN NECESARIO
Es momento de romper el mito: el nutriólogo no solo “pone dietas”. Es parte esencial del equipo médico, tanto en la consulta externa como dentro del hospital. Su trabajo es estratégico, técnico y humano: busca mejorar la calidad de vida, acelerar la recuperación y, en muchos casos, salvar vidas desde el cuidado de la alimentación.
CONCLUSIÓN
En salud, no hay detalle pequeño. La nutrición es un pilar, no un complemento.
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