Por: L.N. Cuquis Hinojosa
Queridos lectores, nos volvemos a encontrar en esta edición y para esta ocasión les voy a compartir otro tema muy interesante. Comer bien también en Semana Santa.
¿QUÉ PASA CON LA PROTEÍNA?
La Semana Santa es una época especial para muchas personas. Ya sea por motivos religiosos, de descanso o de tradición, durante estos días es común modificar nuestros hábitos alimenticios, especialmente en relación con el consumo de proteínas.
PROTEÍNA ES ESENCIAL
Una de las costumbres más comunes es evitar la carne roja, principalmente el Viernes Santo. Sin embargo, esto no significa que debamos dejar de consumir proteínas por completo. La proteína es esencial para mantener nuestros músculos, defensas y saciedad, por lo que es importante saber qué opciones tenemos durante estos días.
¿QUÉ ALTERNATIVAS HAY?
Existen muchas fuentes de proteína que no provienen de la carne roja y que son igualmente saludables y deliciosas. Aquí te comparto algunas opciones:
- Pescados y mariscos: Son una excelente fuente de proteína magra, además de aportar ácidos grasos omega 3 que benefician al corazón. Opciones como el atún, salmón, camarones o filetes de pescado a la plancha pueden ser protagonistas de tus comidas.
- Huevo: Práctico, económico y versátil. Puedes preparar desde un omelette con verduras hasta unos huevos cocidos como snack.
- Leguminosas: Lentejas, garbanzos y frijoles no solo aportan proteína vegetal, también contienen fibra y ayudan a mantenernos llenos por más tiempo.
- Lácteos bajos en grasa: Yogur natural, quesos frescos o leche pueden complementar muy bien tus platillos, aportando tanto proteína como calcio.
- Derivados de soya: El tofu o el tempeh son alternativas vegetales que pueden integrarse fácilmente en platillos como guisos o ensaladas.
UN EJEMPLO DE MENÚ BALANCEADO PARA SEMANA SANTA:
- Desayuno: Tostadas integrales con aguacate y huevo estrellado.
- Comida: Filete de pescado al horno con ensalada de lentejas.
- Cena: Tacos de soya con verduras asadas y guacamole.
TEN EN CUENTA
Lo importante es recordar que cuidar lo que comemos no significa dejar de disfrutar. Puedes mantener una alimentación equilibrada, rica en proteína y al mismo tiempo respetar tus tradiciones. Y si tienes alguna condición médica o necesitas orientación más personalizada, ¡no dudes en acercarte con un profesional de la nutrición!
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