Será un Fin de Año diferente en Mazatlán y Durango
Por: Aarón Quiñones
La seguridad es un tema complicado en estos momentos en muchos sectores del país y va a golpear duro al sector turístico, el pacto entre organizaciones criminales de Sinaloa se acabó, sumidos en una cascada de traiciones los cárteles sinaloenses enfrentan una guerra definitiva por el control económico, político, social y hasta cultural de varios estados del país; ni se ofendan, ni levanten la ceja, los narcos imponen y quitan candidatos. Cuando las pruebas se puedan dar a conocer lo haremos, pero para qué se hacen de la vista gorda.
El estado de Durango económicamente dependiente en un 80 por ciento de las participaciones federales no es la joya de la corona del imperio sinaloense, es más bien parte de la servidumbre que ayuda a la producción y genera muy poco en recaudación con los tazos dorados que consumen cristal, los alucines, burócratas y juniors que consumen cocaína y con los normalizados adictos a la marihuana que se ha vuelto más barata que el tabaco.
La principales fuentes de ingresos de los cárteles en el estado de los alacranes van más allá de los sectores donde algunos desobedecen y hacen extorsiones, el lavado de dinero y por supuesto las llamadas “maquinitas” que se encuentran en cada calle y rincón de la capital del estado y los municipios. Aún así es muy poco de lo que representa el ingreso en comparación con otros estados.
Esta batalla campal que se desarrolla en todo Sinaloa, y por supuesto la principal vía de comunicación con el estado de Guadalupe Victoria, la “súper” y carretera libre, puede y ha dañado un camino económico para ambas entidades.
Tan sólo los primeros nueve meses de 2024, el puerto de Mazatlán generó una derrama estimada de 5,500 millones de pesos, con 4 millones de turistas, la mayoría provenientes de Durango, estados del norte y por supuesto los cruceros con turistas internacionales que arriban con periodicidad.
Estas cifras para el último bimestre del año donde se esperan, lea usted muy bien, la visita de 6 millones de turistas están completamente en riesgo, los paisanos mexicanos que habitualmente viajan de la unión americana a sus ciudades de origen y de paso o de regreso llegan al puerto por su viabilidad carretera se están negando a pasar sus fiestas en el puerto y por supuesto pasar por Durango.
La violencia está frenando esta cantidad de ingresos que se multiplica por 10 en fin de año, hay riesgo sí, sí lo hay. Por más que lo nieguen las autoridades, Mazatlán no es seguro en estos momentos, los narcos ya no respetan zonas, no respetan acuerdos, no respetan niños, niñas, mujeres, inocentes en general.
La imagen popularizada del narcotraficante con acento sinaloense, dadivoso, alegre y sobre todo un hombre de palabra como antes, se está borrando a base de cobardía tras cobardía.
La facciones del cártel más importante del país se entregaron los unos a los otros, no les importa realizar disputas en donde hay civiles, tiran cuerpos en zonas llenas de familias, levantan y torturan a cualquiera que estuviera cerca de sus objetivos para generar miedo, que hay que reconocerlo, lo lograron.
Para estas dos facciones criminales el daño económico que le pueden ocasionar a dos estados enteros poco o nada les importa, lo único que tienen en mente es proteger sus intereses, que sus corridos recuerden sus cobardes proezas, la impunidad para realizar cualquier acto sin consecuencias y enriquecer a terceros porque al final de su vida a los 30 años lo único que dejan son viudas ricas que acostumbradas a ese tipo de vida no serán al único esposo que entierren, o por lo menos lo que quede de él.