>El chef y filántropo fue invitado como conferencista al evento “El Nuevo México Siglo XXI” 2024 de Fundación Telmex Telcel.
Por Juan José Nava / La Voz de Durango
En el marco del evento “El Nuevo México Siglo XXI” edición 2024 auspiciado por Fundación Telmex Telcel, el reconocido chef y filántropo español nacionalizado estadounidense José Andrés, formó parte del cúmulo de conferencistas invitados para platicar ante miles de becarios, sus experiencias de vida como preparador de alimentos y voluntario para evitar que las personas con mayores necesidades en el mundo pasen hambre.
La destacada personalidad compartió su experiencia de vida en llevar alimentación a poblaciones afectadas por guerras, desastres naturales y crisis humanitarias que han puesto al mundo de cabeza como Haití, Gaza e incluso, el reciente huracán Otis que azotó Acapulco.
El fundador de la organización World Central Kitchen, que se enfoca en proporcionar comidas en zonas de desastre y guerra, con el propósito de erradicar el hambre en el mundo, se mostró utópico ante las inclemencias ideológicas, sociopolíticas y las obstaculizaciones o afrentas que la vida puede ser correcta y maravillosa, pues dijo, solamente se requiere voluntad y amor, aunque eso pueda apreciarse muy lejano.
Habló de la loable labor que hizo en Acapulco a raíz del desastre del huracán Otis ganándose los vítores de decenas de becarios de la fundación antes mencionada que, en calidad de público, agradecieron la solidaridad del chef por haber ayudado durante el cruento desastre que dejó sin hogar a cientos de personas.
Ante esto, el chef consideró que México es un país lleno de esperanza y afanoso con la perspectiva de salir adelante, destacando que la suma de voluntades está presente en los corazones de su gente y eso lo cataloga como un lugar chingón.
También se autonombró como un contador de historias no como un empresario solamente, ya que, en cada experiencia vivencial, ha logrado entregar esa chispa de replantearse el valor de la alimentación en los seres humanos, sirviendo en cada una de sus amenidades culinarias como un ejemplo de solidaridad y nobleza.
Expresó que, en su convicción de chef, dejó las críticas a un lado y siempre mantuvo firme su misión de dar de comer; estar ahí es lo importante a pesar de que cada lugar del mundo tiene sus ritos y costumbres, y que, a pesar de las diferencias o discrepancias que pudiera haber, no es más que adaptarse a ellas.
