Benditas lluvias; canijos baches

  • Problema recurrente.
  • Estos son un verdadero “dolor de cabeza” para quienes diariamente transitan por calles y avenidas, especialmente colonias de la periferia o bulevares.

David Enríquez / La Voz de Durango

Cada temporada de lluvias se recrudece en esta ciudad el problema recurrente de los baches, que a pesar de las intensas campañas de bacheo observadas en meses previos, en estos momentos vuelven a convertirse en un verdadero “dolor de cabeza” para quienes diariamente transitan por calles y avenidas, especialmente colonias de la periferia o bulevares.

Aunque la autoridad siempre hace su mejor esfuerzo por ganarle esa «guerra eterna» a los baches, pero muchas de las ocasiones es la madre naturaleza quien lleva ventaja con torrenciales aguaceros que siempre causan estragos en la superficie de rodamiento.

Es muy frecuente que en redes sociales y medios de comunicación convencionales se presentan quejas, denuncias y reproches hacia la autoridad municipal, que en sinfín de ocasiones no se da abasto para reparar tanto daño en el pavimento, que más allá de la inconformidad ciudadana generan desperfectos en los automóviles que tienen la «mala suerte» de caer en uno de estos pozos, que frecuentemente se van haciendo más profundos con el daño del agua.

En el bulevar Dolores del Río, en la colonia Santa María, a la altura de la unidad deportiva Galindo Higuera existe un bache que lleva muchos meses expuesto y con las lluvias intensas se ha agrandado en perjuicio de quienes tienen la necesidad de circular por ahí frecuentemente. Metros más  adelante, casi llegando al Puente Negro, también con frecuencia hay daños al pavimento que en ocasiones sí se atienden, pero por la fuerza del agua vuelven a aparecer.

Aunque ejemplos hay muchos en colonias de la periferia, ni qué decir en aquellos casos donde no hay pavimento porque muchas veces hasta resulta imposible transitar.

Se sabe que muchos pavimentos en la ciudad son añejos y ello les hace propensos al daño, sobre todo cuando el material usado para su reparación ya no garantiza mucho tiempo de duración, especialmente por las fuertes corrientes que deben soportar y encharcamientos que con el paso de los automóviles agravan la situación.

Como suele suceder en esta temporada es frecuente ver cuadrillas «tapa baches» en acción, sólo que ahora “han brillado por su ausencia” o si es que están trabajando son muy pocas, lo cual pudiera entenderse por ser temporada de vacaciones para muchos trabajadores, sólo que las lluvias no dan tregua.

 

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