- El gabinete de seguridad le está quedando mal al gobernador Esteban
Por: Aarón Quiñones
A finales del 2023 y principios del presente año hubo personas que a través de las redes sociales manifestaron la presencia de los llamados “montachoques”, timadores dedicados a provocar accidentes “leves”, pero en los que a base de intimidación conseguían cantidades de dinero en efectivo y hasta los autos de sus víctimas.
Al ser cuestionado en su momento el secretario de Seguridad Pública en Durango Oscar Galván, dio un rotundo no. Esas mafias no se habían atrevido a operar en territorios del norte del país. El rumor popular indicaba que esos delincuentes no se arriesgarían en un territorio lleno de civiles armados y organizaciones criminales más complicadas, ¿pero qué cree?, que siempre sí había trácalas intimidando a adultos mayores.
Fueron pensionados y abuelitos trabajadores las principales víctimas de estos vaquetones, en lugar de ponerse a trabajar andaban en vehículos con placas de otros estados provocando colisiones menores y a grito partido y con ademanes de violencia le sacaban el poco efectivo que traían encima, incluso hubo casos en los que les decomisaban el automóvil, así de grave.
Ahí también hay que señalar a nuestros amigos de la Subdirección de Vialidad y Tránsito cuyo pecado más grande ha sido y será llegar muy tarde a los accidentes. Sí, mis estimados, los agentes se tardan hasta dos horas para arribar a los siniestros si no se presentaban en la Zona Centro, y eso permitía que estos delincuentes intimidaran a los afectados.
El detalle es que la semana pasada la Fiscalia del estado a través de su titular Sonia Yadira de la Garza dieron a conocer el desmantelamiento de una banda que operaba en Durango, Sonora y Sinaloa, entonces ¿no que no? Sin miedo a nada cuatro hombres y dos mujeres engañaron a decenas de personas en estos tres territorios, lo malo de esa estrategia de comunicación de “me tapo un ojo, me tapo el otro y nada que ver” no funcionó, ni funcionará.
En su momento la Fiscalía y Seguridad estatal han lanzado campañas de prevención para la extorsión telefónica, pusieron manos a la obra en el tema de compra-venta de vehículos y ya tiene personal en los tianguis, han hecho saber a la sociedad varios esquemas de fraudes piramidales, pero ahora les falló de a feo al negarse que existían estos casos en la entidad.
Si la gente a través de la difusión de los medios de comunicación se hubiera enterado que esas ratas operaban en las calles, se pudieron evitar por lo menos la mitad de esos casos, ahora, al momento de la vinculación y desahogo de pruebas esas seis personas detenidas van a tener una ventaja sobre el Ministerio Público que los acusa, el fraude es el delito más complejo de demostrar, porque al ser un acuerdo entre particulares, la mayoría de las veces no hay delito que perseguir.
Hace unas semanas el gobernador de Durango, Esteban Villegas Villarreal tuvo que hacerle la chamba a su gabinete de seguridad, salir ante los medios de comunicación con tranquilidad, conciencia y conocimiento a hablar del incidente de los llamados “ponchallantas” y los enfrentamientos registrados a la altura del puente Baluarte, en el límite de Durango y Sinaloa. Explicó que esos civiles armados intentaron evitar que las autoridades entraran e intervinieran seguramente para la detención de algún objetivo prioritario. Esa declaración más que asustar a la gente le dio tranquilidad de saber que su gobernador está enterado y es valiente para aceptar los hechos, negar no sirve de nada. Esteban les puso el ejemplo y al parecer no lo han querido entender, porque ahora que se presentaron los operativos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en El Durazno, en la búsqueda del llamado “Guano” Guzmán, hubo muertos, heridos y la población estuvo en peligro, pero no se dijo nada.
El gabinete de seguridad le está quedando mal al Gobernador, la vocería de seguridad está ocasionando vacíos que inmediatamente se convierten en el peor veneno para cualquier gobierno, la especulación, mal con el que los medios de comunicación están lidiando y dando datos equivocados retomados de otros periodistas que a su vez los sacan de fuentes imprecisas y todo por no aceptar que hay ciertas estrategias que no van a funcionar, ni modo y soporten.
