Por: Aarón Quiñones
Desde los tiempos del último líder natural del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Durango, Pedrito Ávila Nevárez, de feliz memoria, se ha construido una ilusión para todos los duranguenses, el tren de la capital de los alacranes al puerto más bello que tiene el pacifico mexicano, Mazatlán, pero desde hace como 50 años, nada más no se puede concretar.
El político duranguense arengaba en sus discursos la creación de este ya considerado mítico ferrocarril, que no sólo llevaría y traería turismo entre el puerto y el valle del Guadiana, sino un intercambio comercial franco con la llegada de mercancías y su traslado hacia el otro costado del país. Desafortunadamente lo único que alcanzó a ver Pedrito fue la autopista que si bien hace las funciones antes descritas queda en la mediocridad en comparación con la capacidad y costos del ferrocarril.
En el sexenio de Jorge Herrera Caldera se impulsó un Centro Logístico Industrial de Durango (CLID) para realizar la interconexión, apoyado a medias por el en ese entonces presidente de México, Enrique Peña Nieto, se concretó llamarlo corredor multimodal Mazatlán-Durango-Monterrey-Matamoros, que como su nombre lo dice haría la conexión entre estas ciudades.
De eso sólo se hizo realidad el CLID, que hasta la fecha sigue sin ser utilizado para lo que fue construido.
En el relevo gubernamental estatal llegó el panista José Rosas Aispuro Torres y con él Duranpark y Caxxor Group; este último propuso implementar el corredor T-MEC, una red de nuevos centros logísticos desde Mazatlán hasta Matamoros.
Durante los sies años del periodo de gobierno, otra vez no pasó nada. Se invirtieron unos cuantos millones y las promesas en los secretarios de Desarrollo Económico de inversiones multimillonarias se quedaron en eso.
Vendría un nuevo y actual gobernador, el priista Esteban Villegas Villarreal y la única herencia que recibió para reactivar este tema vendría de la mano de Andrés Manuel López Obrador con el Programa Nacional Ferroviario que enlistó la rehabilitación del ramal Durango-Mazatlán, con un trazo de 360 kilómetros para lo que se necesitan al menos mil millones de pesos de inversión privada.
Para hacer lo anterior y buscar la inversión privada, Villegas Villarreal se topó con el desastre administrativo que su antecesor le dejó; Rosas Aispuro cedió a Grupo Caxxor y a una empresa denominada Duranpark la mayoría de esa infraestructura con la promesa de construcción.
A través de un decreto se solicitó la restitución de esas hectáreas; Duranpark se negó e interpuso un amparo federal con número de expediente 404/2024, que el 5 de abril le fue concedido, sin embargo, la Consejería Jurídica y la Secretaría General de Gobierno interpusieron quejas que han llevado a través de 34 partes, hasta este 18 de junio donde consta en el Sistema Integral de Seguimiento de Expedientes la última resolución que no es definitiva y que sólo aplaza, es decir sigue en pleito.
Ahora entrampados en esa situación los terrenos del CLID cedidos a esa empresa están en riesgo de poder recuperarse para el pueblo de Durango y evidentemente el desarrollo de este proyecto.
Cabe señalar que un decreto de presidente López Obrador también está frenando esta interconexión y es que el área en Mazatlán donde se pretendía construir el llamado “puerto de gran calado” ha sido declarado como patrimonio natural por su flora y fauna.
La última esperanza que Durango tuviera ferrocarril vino hace unos meses en pleno proceso electoral cuando el mandatario nacional anunció una reforma para que se garantice el desarrollo de trenes para pasajeros a fin de aprovechar los 18 mil kilómetros de vías que actualmente se usan para carga. Lastimosamente el estado con un par de lobos en su escudo no está contemplado. Las rutas a desarrollar son las siguientes:
Tren México-Veracruz-Coatzacoalcos.
Tren Interurbano AIFA-Pachuca.
Tren México-Querétaro-León-Aguascalientes.
Tren Manzanillo-Colima-Guadalajara-Irapuato.
México-San Luis Potosí-Monterrey-Nuevo Laredo.
México-Querétaro-Guadalajara-Tepic-Mazatlán-Nogales.
El último tramo, parece broma, pero es realidad, se trazó desde una ciudad del centro del país y mágicamente evade al estado de Durango a pesar de que geográficamente, en teoría, esta en su camino y es la Aguascalientes-Chihuahua-Ciudad Juárez.
Así las cosas.
