Por: Aarón Quiñones
Luego de lo vivido en las llamadas “Elecciones más grandes de la historia”, en donde los integrantes de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y sus aliados Verde Ecologista, y Partido del Trabajo les pusieron una arrastrada a la alianza PRI, PAN, PRD y permitieron la supervivencia de Movimiento Ciudadano (MC) al ser la “tercera opción”, se presentó un fenómeno muy interesante a estudiar y fue el voto cruzado en un Durango donde se suponía la alianza prianista tenía carro completo.
En las urnas la gente de la capital y de los 38 municipios votaron en un 46.8 por ciento a favor de la candidata Claudia Sheinbaum, 32.6 por ciento por Xóchitl Gálvez y 7.4 por ciento eligió a Jorge Álvarez Máynez. La ventaja y diferencias son tremendas, pero en los distritos locales fue diferente.
No hubo apabullantes triunfos en los 6 distritos capitalinos pero se mantuvo la victoria, en los otros distritos rurales hay victorias para Morena y el Verde lo que equilibra el Congreso local pero no el federal.
Pero entonces como alguien que se opone al totalitarismo y tiene su confianza todavía en los partidos con más años prefirió votar por la candidata de enfrente que por la propia.
La evidencia es clara, los capitalinos en su mayoría votaron por Sheinbaum, Gonzalo y Margarita, Patricia Jiménez y los 6 representantes locales de la alianza. En los municipios la mayoría votó por Claudia, Gonzalo y Margarita, Gerardo, Martha Oliva, Bethsabé, y por los representantes locales de Morena.
La aplanadora que promovía la heredera, filosóficamente hablando de Andrés Manuel López Obrador, no se dio del todo, con ella sí, pero no con la todos los candidatos.
Aquí hay un mensaje muy claro, lo que se perdió por parte de la alianza que hoy gobierna Durango fue por que nada más no le gustó a la gente; ni Xóchitl, ni Gina y La China, ni Alejandra, ni Sonia, ni Christian, fueron del agrado de la mayoría, opuesto a los candidatos de los distritos locales.
En conclusión la gente tiene opiniones muy encontradas respecto al desarrollo de los partidos políticos y termina por importar más la persona que el instituto, sino como explica que alguien vote a favor de una panista de ultranza como Patricia Jiménez que toda su vida política ha estado relacionada a esos valores y esa ideología, y a la vez sufragó por Margarita Valdez, política de izquierda relacionada con ideales completamente opuestos y reaccionarios, ¿como?
Esta combinación se dio, ocurrió en la capital, casi nadie votó por los mismos colores y un mismo bando, dividieron a su consideración los diferentes puestos políticos, lo que habla de una conciencia muy creciente entre la ciudadanía. Muchos analistas políticos no valoraron este panorama.
Lo que sí hay que reconocerle y aprenderle definitivamente es a quienes hicieron las mediciones a Movimiento e Regeneración Nacional, vaya certeza con la que realizaron sus números. En ningún momento la presidencia de la República estuvo en juego, ni Xóchitl ni Máynez pudieron a competir uno a uno con la candidata del oficialismo y eso lo sabían, lo supieron y solo esperaron a ver sus frutos.
