CUENTAS PENDIENTES: ¿México codependiente?

Por: Aarón Quiñones

La codependencia es un problema emocional caracterizado por una dependencia afectiva obsesiva hacia otra persona y su relación con esta. Este tipo de relaciones disfuncionales-codependientes son frecuentes en familiares que cuidan de enfermos crónicos, discapacitados, alcohólicos, drogadictos pero también a los programas sociales.

Usted dirá cómo es posible que una persona sostenga una relación codependiente con una organización política, con un político; fácil la asistencia social.

Por sí misma la asistencia social, los “programas” no son malos, nacieron de las buenas intenciones de manejar los recursos públicos en beneficio de ciertos sectores desprotegidos que no pueden generar, ni la asistencia médica, social, educación o de desarrollo, pero en el camino, sobre todo, en manos de mentes malévolas se convirtieron un elemento acondicionador, aleccionador, ¡hacer clientes pues!.

No hay que pensar tanto, que cualquier gobierno le deposite dinero cada determinado tiempo, nadie, absolutamente nadie le va a decir que no (ni yo mismo), el problema es que en un país colapsado económicamente por la corrupción y el saqueo descarado el dinero público en un momento se va a acabar, ¿entonces que va a pasar cuando no haya dinero para los programas sociales?

Los mexicanos fuimos acostumbrados por los gobiernos del otrora partido político amo y señor del destino del país, el PRI, con sus casi 90 años de dominio a un “paternalismo” recalcitrante.

Cuando se entregaba el Procampo, las ayudas para siembra, los institutos mexicanos de la salud, el subsidio a las gasolinas, fue hacer entre comillas nuestra vida más ligera y mejor, pero en realidad fue para seguir votando por ellos. En ese camino llegó un momento en que los dos, tanto políticos como pueblo se acostumbraron, unos solo a estirar la mano y otros a sentirse dueños de esas voluntades.

Ojalá nadie se ofenda, pero esto me lo enseñaron mujeres de campo, sus esposos, sus hijos, dejaron de trabajar la tierra, para rentarla, traspasarla, usarla para alimentar ganado y dejaron de producir, dejaron de ser dueños de su propio destino y prefirieron recibir el apoyo, irse a los Estados Unidos, unirse a la maña o trabajar para otros que sí industrializaron la tierra, mal vivir pues.

Al mexicano se le fue metiendo en el subconsciente la asistencia social y ¿a quién no?, la idea es muy convincente.

A todo mundo con un país tan hermoso nos gustaría una vida fácil. Tener una casa propia, vivir tranquilo, escuchar música a todo volumen, tener para comer y sobre todo para beber, todo esto sin salir durante la madrugada y regresar muy noche es el sueño de muchos.

Esa mentalidad se ha ido insertando en lo profundo del subconsciente. A mucha gente no le gusta su trabajo, a mucha gente le disgusta tener mucho trabajo.

No es algo que se pueda juzgar, los ejemplos en los medios de comunicación como los “influencers” o el narcotráfico cimbran cualquier mentalidad ganadora. Hombres sin preparación y de origen humilde se convierten en poco tiempo en magnates multimillonarios, llenos de poder, con los lujos y fortuna que cualquiera mataría por tener, lo que se convirtió en una aspiración, pero el trabajo duro, no, ese es para los menos “listos”.

La codependencia se fue desarrollando a lo largo de estos años, no es culpa del sexenio que se va y ahora en las recientes elecciones fue usada como la moneda de cambio para reforzar esta relación tóxica entre los mexicanos y sus gobiernos.

Tenemos una relación sumamente peligrosa con nuestro gobierno, a diario nos golpea con los cada vez mas horrendos crímenes de la delincuencia organizada, nos maltrata psicológicamente dividiendo por clases a los mexicanos, nos humilla cuando pedimos solución a nuestros problemas, pero eso si nos da dinero sin “hacer nada a cambio”.

Nos está dando dinero de nuestros propios impuestos, claro siempre y cuando sigamos manteniendo a esas personas al mando. Nos estamos acostumbrando a hacer parte de nuestra vida ese dinero, incluso a depender de él.

Qué va a pasar cuando no haya suficientes trabajadores pagando impuestos para generar ese recurso y que todos pidamos asistencia social, entonces si el sistema va a cambiar pero ¿cómo? Dirían en mi pueblo lo caído caído, y si ya mediste dinero por muchos años ahora me dices que ya no hay, pues a ver cómo le haces, pero yo quiero seguir… dependiendo de ti.

 

 

 

 

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