- Con colorido festival.
- Con un aproximado de mil asistentes, alumnos de la primaria Eva Sámano de López Mateos llevaron a cabo su festival, donde se hizo alusión a una de las tradiciones más famosas del mundo.
César Rodríguez / La Voz de Durango
El Día de Muertos es una de las celebraciones más importantes de México. Sus raíces se remontan a miles de años, mucho antes de la llegada de los españoles. Se ha convertido en una mezcla de tradición católica y misticismo mexicano, conmemorando la muerte como un elemento más de la vida y como una forma de recordar y honrar a los seres queridos.
La tradición ha sido parte de la cultura mexicana durante mucho tiempo, en los últimos años esta festividad se ha convertido en un atractivo turístico importante con viajeros que visitan pueblos y ciudades de todo el país para presenciar los eventos coloridos y las ofrendas, que son los altares para recibir a los espíritus de los muertos cuando regresan al mundo de los vivos.
Dicha cultura ha pasado de generación en generación, donde tanto los padres de familia como las instituciones académicas toman un papel fundamental para transmitir el objetivo del 02 de noviembre, que es “recordar a quienes ya se han ido”.
Para seguir preservando las tradiciones en honor a los fieles difuntos, la escuela primaria Eva Sámano de López Mateos, tuvo un colorido festejo en honor al Día de Muertos, el cual fue realizado con la participación de todos sus alumnos.
En primer número se realizó la tradicional venta de tamales y champurrado, la cual obtuvo una buena respuesta por parte de los padres de familia que acudieron a la celebración, así como personal de la institución.
Además, los infantes presentaron una pasarela con sus disfraces, así como los tradicionales bailables, mismos que fueron admirados por un aproximado de casi mil asistentes.
PRESERVAR LA TRADICIÓN
Por su parte, la maestra Deisy Ramírez, indicó que fueron varias horas de planeación por parte de la plantilla docente para presentar este festival, donde además se invirtieron varios días de trabajo para montar el altar.
“Nuestro altar fue dedicado al general Francisco Villa, fue realizado en dos días con la cooperación de padres de familia, es necesario que prevalezca la tradición con nuestros alumnos”, mencionó.
En otro orden, Rosa Gabriela Payán, maestra de segundo grado, destacó la importancia de transmitir de generación en generación las tradiciones, donde el honrar a los seres queridos es inculcar valores como el respeto y gratitud.
“Es una tradición que disfrutamos muchísimo, a pesar de que sea un trabajo bastante arduo, es nuestra responsabilidad como docentes inculcar las tradiciones a las nuevas generaciones”, concluyó.
