La agrupación instrumental se presentó la noche del domingo 21 de mayo en el Teatro Victoria.
Por Juan José Nava / La Voz de Durango
Entre luces tenues, animaciones en vivo y, sobre todo, mucha música, fue la producción que pudo apreciarse durante la presentación de la agrupación instrumental Metal Cello Rock que rindió un merecido tributo a la banda internacional de metal alternativo formada en Helsinki, Finlandia, Apocalyptica, la noche del domingo 21 de mayo en el Teatro Victoria.
Después de tres arduos meses de ensayos y un sound check previo para emitir el mejor sonido hacia la audiencia presente, la agrupación Metal Cello Rock se vio envuelta en la difícil tarea de afinar sus cuerdas para lograr un concierto en óptimas condiciones, y a pesar de la dificultad o el nivel de exigencia que se veía venir, los músicos congeniaron de inmediato atrayendo a los oyentes a la esencia de la banda europea, seduciendo con las cuerdas para hacer una exhaustiva revisión a algunos de los mejores temas que han catapultado a Apocalyptica en la historia de la música.
Fueron 3 cellos más un contrabajo más una batería más una proyección, el conjunto de amenidades que lograron una experiencia inédita en Durango al reunir de forma auditiva y en el imaginario, a los grandes maestros del metal desde el sonido de los violonchelos.
El programa de canciones incluyó 15 piezas en total, entre las que se escucharon “Cortege”, “Hope”, “Bittersweet”, “Somewhere”, “Sacra”, “Quutamo”, “Life burns”, “Smells like teen spirit”, “Beautiful”, “Path”, le entrañable “Zombie” que contó con la voz de la invitada especial de la noche, Alma Barajas, continuando con “Heat”, “I don´t care” y “Nothing else matters”, todas, muy al estilo de Metal Cello Rock.
Entre los integrantes del grupo figuraron Paloma Ramírez (cello), Ángel Cháirez (cello), Omar Vargas (contrabajo), Diana Martínez (Batería) y Valeria Casas (cello), quienes, al concluir el concierto, recibieron numerosos y cálidos aplausos de parte de la respetable audiencia.
Cabe destacar que el evento fue auspiciado por el Instituto de Cultura del Estado de Durango (ICED).
