MTF. Alfredo Arévalo
Para la mayoría de nosotros es normal planear situaciones en nuestra cabeza, lo que vamos a hacer el fin de semana, como nos vestiremos en la cita con la pareja, que lugares nos gustaría visitar, etc., no obstante, si la vida nos depara en algún momento un cambio, se crean situaciones de inestabilidad, períodos en los que se ponen a prueba nuestras capacidades para resolver conflictos y salir adelante para reponernos.
Con la llegada de las crisis o los periodos de cambio, llega la incertidumbre, y la sensación de creer que afrontarla no es fácil. De hecho, en este tipo de situaciones de cambio es fácil que surjan problemas de ansiedad causados por la sensación de tener que analizar cada decisión que tomamos, para evitar a toda costa las consecuencias en un entorno del que no sabemos nada o muy poco.
Estas situaciones de inestabilidad pueden ser crisis económicas mundiales, pero también problemas que nos afecten directamente a nosotros, como los problemas laborales, familias o las crisis con la pareja. La pandemia que inició hace poco más de dos años fue una situación de incertidumbre que ocasiono muchos conflictos emocionales, familiares, hasta económicos.
Por si mismas las situaciones son complicadas, pero lo que nos ocasiona mayor malestar es la idea de lo que nosotros vamos a hacer en esa situación, el futuro nos genera esa ansiedad porque no alcanzamos a distinguir cómo va a concluir. Para tratar de controlarnos, estas son algunas estrategias que puedes aplicar a tu día a día para evitar que la ansiedad por el futuro te paralice y te haga caer en un círculo vicioso de pensamientos intrusivos y estrés ante la toma de decisiones.
Organizar el día a día. – Muchas de las personas con ansiedad buscan organizar semanas o meses enteros, la necesidad de tanto control es fuente de malestar, para ello es necesario reducir los periodos de planeación, vivir un dia a la vez, sabremos cuáles son nuestras obligaciones en cada momento y en qué momentos podemos descansar o relajarnos.
Evita la sobreinformación. – Cuando se genera una crisis nuestra idea en automático es tener la información necesaria para poder superarla, buscamos lo que creemos necesitar, pero en ocasiones las fuentes no dan una respuesta real, y vamos acumulando información que no necesitamos, lo que contribuye a generar un mayor malestar y una mayor preocupación en nosotros. Es mejor no buscar tanta información, revisar qué aspectos sería importante conocer y la veracidad de la fuente.
Hacer ejercicio. – Hacer ejercicio con frecuencia, tres o cuatro veces por semana, nos ayudará a liberar endorfinas, lo que nos permite disminuir los niveles de estrés, ansiedad, nerviosismo o mal humor que podamos albergar diariamente. Es una manera de canalizar tensiones reconectando con el aquí y ahora.
Descansar suficiente y comer bien. – Además del deporte regularmente, existen algunos hábitos que debemos mantener en nuestro día a día, en diversas áreas de nuestra salud y que nos ayudarán a estar mejor con nosotros mismos tanto a nivel físico como intelectual y emocional.
Vida social. – Mantener una vida social es esencial para alcanzar el bienestar emocional porque, entre otras cosas, nos expone a otras maneras de entender la vida, otros puntos de vista que nos ayudan a salir de los pensamientos en bucle en los que a veces nos metemos sin darnos cuenta.
Ejercicios de relajación. – Los ejercicios de relajación nos ayudan a alcanzar estados de conciencia más equilibrados y a sentirnos mejor tanto a nivel físico como emocional.
Acudir a terapia. – Si aún realizando todos los consejos anteriores sientes que en ocasiones todo se va de tu control, acudir a un profesional es la manera más recomendable de aprender a controlar nuestras preocupaciones y a gestionar los altos niveles de ansiedad o estrés diario.
“Lo que nos paraliza no es que ocurra algo, sino el miedo a que pueda ocurrir”. Eloy Moreno.