MTF. Alfredo Arévalo
Existen muchos nuevos términos que se incluyen a la vida cotidiana para describir algunas situaciones que ya existían, sin embargo, vienen a marcar un nivel de intensidad en cuanto al impacto en la vida personal, eso justamente aplica con el tema que hablaremos hoy, la base es la infidelidad, pero ahora hablamos desde lo micro a lo macro.
Este cambio se debe a que las nuevas formas de relación se han ido ampliando, ahora existen muchas maneras de “conectar” o vincularnos con otros, esta nueva dinámica está poniendo sobre la mesa varios temas, entre ellos: los celos, el consentimiento, y los acuerdos preexistentes en la pareja. Dentro de estas nuevas maneras de relacionarse se han incluido algunas denominadas abiertas, que rompen con la monogamia, donde cada pareja tiene su propia forma de manejar los vínculos que se establecen fuera de la pareja.
Pero más allá de los acuerdos de la relación estamos hablando del significado que se le puede dar a la infidelidad, y por ello el avance de la tecnología y las nuevas formas de comunicación han permitido que las personas creen nuevas formas de relacionarse, con diversas intenciones, y más allá del mundo físico.
De este modo, el contacto virtual ha dado origen a otro tipo de engaño, que se han denominado microinfidelidades, este concepto fue acuñado por la psicóloga australiana Melanie Schilling, donde esta especialista en infidelidades propuso dar nombre a un nuevo tipo de comportamiento que venía observando con frecuencia en las parejas actuales que acudían a su consulta.
Según Schilling, todos seremos o hemos sido infieles en un momento de nuestra vida, o al menos microinfieles. Pero, ¿a qué nos referimos exactamente cuando hablamos de microinfelidades?
Las microinfidelidades son definidas como: “una serie de acciones aparentemente pequeñas que indican que una persona está centrada emocional o físicamente en alguien ajeno a la relación”. En este sentido podríamos ver las microinfidelidades como un tipo de coqueteo encubierto, la intención del porqué se hace esta “oculta”, pues todas las acciones o comportamientos son sutiles, y se dan fuera de la pareja buscando otro tipo de contacto con otra persona sin que la pareja lo sepa.
Algunos ejemplos de microinfidelidades podrían incluir el no decir que se está en una relación a alguna persona por la que sentimos un interés especial, vestirse de forma más atractiva para llamar la atención de alguien, etc., en resumen, serian todos los comportamientos que demuestren o inciten una atención especial por otra persona que no sea la pareja.
En la actualidad las nuevas formas de interacción abren la posibilidad de que se realicen estos pequeños actos de infidelidad emocional mediante el uso de aplicaciones, mensajes de texto o interacciones en Internet con alguien que no sea la pareja. Es necesario aclarar que no implican el contacto físico con alguien más, por ello se inicia un segundo debate, ¿es la microinfidelidad un engaño? O podría ser un simple coqueteo sin importancia. La respuesta no es sencilla, pero tendría más que ver con los secretos que con el acto en sí.
¿Por qué ocurre?
Hemos hablado en otro artículo los motivos por los que se da la infidelidad, pero este modo de relación es un poco diferente, pues como menciona Schilling, todos seremos o hemos sido infieles en un momento de nuestra vida, por ejemplo: navegando en un sitio web de citas o formando lazos emocionales más estrechos de lo normal con alguna persona.
Hacer habitual este tipo de comportamiento puede hacernos pensar que es necesario, sin embargo, a diferencia de la infidelidad en la pareja, las microinfidelidades no hablan de la solidez o el bienestar de la relación. Según los expertos, las microinfidelidades suceden no por un único motivo, sino que existen muchas razones para cometerlas. Lo más probable es que las personas tenga este tipo de comportamiento, sea por capricho, para obtener un poco de emoción o estimulación adicional en sus vidas.
Volviendo a la pregunta ¿Son las microinfidelidades un engaño?, podemos afirmar que de acuerdo a lo descrito por Schilling, es algo que en la actualidad se ha vuelto un comportamiento habitual, si relacionamos esto con la idea de Sigmund Bauman, es parte de este marketing, donde nos gusta ver que ofrecen otros y al mismo tiempo mostrar lo que nosotros ofrecemos.
Para resolver la pregunta nos tendríamos que basar en los acuerdos de la pareja, pues algunas pueden tolerar el coqueteo y verlo como algo simple que no afecta a la relación; mientras que otros lo pueden ver como una forma de traición. Este tema en particular se relaciona con muchos comportamientos de la persona y no necesariamente tienen que caer en una infidelidad, pero en definitiva tienen que ver con una necesidad de atención, alimentar la autoestima, o simplemente ser parte de las tendencias que se marcan en esta nueva era digital.
Entonces, lo que realmente afecta a la relación es la naturaleza secreta del comportamiento, en este sentido se puede ir formando un engaño dentro de la relación, pues el mentir u omitir información nos lleva a ir agrietando la confianza dentro de la pareja. Esto se puede explicar con la frase “lo que se percibe como real es real en sus consecuencias”, cuando alguien cree que su pareja le ha estado engañando, porque ha roto una norma o condición preestablecida, se siente traicionada.
“El engaño y las mentiras rara vez son justificables”. Lola Kabuki.
