Refuerzan erradicación de violencia

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  • Con silbatos rosa.
  • La finalidad, erradicar la violencia de género en sus diferentes manifestaciones.

César Rodríguez / La Voz de Durango

El silbato rosa es una herramienta básicas de auxilio para las mujeres, implementada en el Municipio de Durango, con la finalidad de erradicar la violencia de género en sus diferentes manifestaciones.

Este actúa como un botón de pánico en el que el ciudadano es el primer respondiente, por ello a la par de las entregas de los mismos, se socializa su uso con pláticas para concientizar a los vecinos de la zona en donde ya tienen esta herramienta.

Después de la socialización sobre los silbatos, el Instituto Municipal de la Mujer (IMM) ha registrado un aumento en las demandas de estos aparatos, a través de los Comités Vecinales con los que trabaja el Municipio para lograr la efectividad de sus mecanismos contra la violencia.

Asimismo, se ha informado sobre su uso en redes sociales, vía por la que se tiene una respuesta positiva, con diversas solicitudes para obtener silbatos.

De acuerdo a la directora del IMM, Olga Patricia Alanís Quiñones, en lo que va de la administración se han entregado más de ocho mil silbatos en campañas permanentes de prevención de la violencia, principalmente dentro de las Brigadas de Proximidad que se realizan viernes a viernes en las diferentes zonas urbanas y suburbanas del municipio.

Esta herramienta fue solicitada por los propios ciudadanos; cabe destacar que los silbatos rosas fueron una propuesta de una organización civil en una de las reuniones del Consejo Ciudadano, con ello se inició esta campaña para entregarlo en diferentes zonas del municipio de Durango, se incluye a instituciones educativas  de nivel media, media superior y superior.

Así, el silbato rosa se une a las otras herramientas contra la violencia en la capital de Durango, como la aplicación SOS Seguras y la instalación de una alarma vecinal, que funciona con el mismo principio del silbato rosa, estas son más conocidas como chicharras.

En cuanto a las alarmas vecinales, se ha gestionado la instalación de siete, en zonas donde el botón de pánico físico no puede ser colocado debido a la carencia de ciertas especificaciones para que funcione adecuadamente.

Finalmente, Alanís Quiñones comentó que para acabar con el acoso callejero y la violencia en general es necesario que la ciudadanía se involucre activamente, y denuncie de forma anónima, ya que urge reforzar la cultura de la prevención y denuncia.