Opinión: Yo Campesino / Debacle 4T

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  • En vez de sumar, el ganso resta y mexicanos pagamos con carestía y pobreza

Miguel A. Rocha Valencia

La 4T se ganó su lugar como la página más oscura de México y su profeta, quedará marcado por llevarnos a los niveles más bajos de crecimiento y desarrollo, así como a los más elevados de pobreza, violencia, migración, asesinatos, corrupción e impunidad.

Eso ya no tiene reversa. El daño causado por el Ganso de Macuspana con la complicidad de su mediocre y servil gabinete no puede aspirar a otra cosa; sus hijos serán señalados como parte de la herencia maldita que nos dejarán y que, por lo profundo del daño estructural en instituciones, economía y confrontación social, requeriremos muchos años para superarlo.

Los números ahí están, por más que el falso mesías trate de negarlo: más muertos que en la guerra de Calderón o en el insufrible peñato con todo y sus incapacidades, vicios y corruptelas; caída atroz de una que se consideraba la economía 13 del mundo y que hoy no alcanza siquiera uno por ciento de crecimiento, pero sí aumento en millones el número de pobres salariales y alimentarios.

Fuera del top de los 25 países más atractivos a la inversión, superados por Brasil que, con todo y Jair Bolsonaro está en el escaño 22, México sufre los efectos no sólo de la ignorancia y rencores del caudillo sino también su decisión de mandar al diablo no sólo las instituciones sino también la ley, esa que le advierte de juicios o conflictos incluso internacionales si continúa con sus políticas de rechazo en favor del medio ambiente, respeto a tratados internacionales o a las reglas de la inversión privada y de convivencia civil.

Sufrimos los efectos de su desprecio por la vida de los demás, pero dueño de una gran soberbia y egocentrismo, prefiere abandonar a enfermos, mujeres y niños víctimas de violencia a cambio de gastarse cerca de dos mil millones de pesos en saciar su sed de arrogancia, de superior que al final, no es sino el reflejo de sus propia enanez, inferioridad e ignorancia.

De ahí también su desprecio por la norma, la instrucción de alto nivel, su envidia a quienes tienen bienestar gracias a su esfuerzo, estudio y dedicación al trabajo, por eso es incapaz de reconocer en los demás capacidades superiores, incluso para gobernar y pretende asumirse como el non plus ultra de la sabiduría.

Muy lejos de la realidad, ofende, agrede, rompe y destruye todo lo que estorbe o le ofenda por el simple hecho de ser mejor, tener la razón o la verdad. Carente de intelecto y conocimientos trata de refugiarse en un más sentido común que lo engaña y hace ver de manera reduccionista aquello que no comprende, como sacar petróleo con sólo hacer un hoyo en el suelo o mantener lealtades con sólo regalar dinero, claro, siempre que no sea suyo o en su poder como el presupuesto público que en su insensatez cree que es para “invertirlo” en mantenerse en el poder.

En esa lógica equivocada, corto de inteligencia y visión o de sentido social, habla de los pobres no como un sector desprotegido y necesitado de oportunidades, sino de un grupo de sujetos de utilidad política de carne de cañón para enfrentarlos a quienes con mayores capacidades se atreven a decirle que está mal, que su percepción de la realidad está enferma y equivocada.

Por eso no ve que el país se cae a pedazos, que mientras insiste en malgastar los dineros públicos en aventuras cuyo único futuro es la quiebra económica y su resultado traducido en el empobrecimiento social y su confrontación.

Sabe que al final, se hará a un lado, culpará como siempre ocurre, a sus enemigos, a los de antes a la mafia del poder de todos los males que él generó. Y mientras, ese pueblo bueno y malo, pagarán las consecuencias que ya están a la vista con los peores resultados en crecimiento, los más altos niveles de inflación y el peor escenario económico en décadas.

Pero la pesadilla lejos de acabarse, continuará, los daños se harán más profundos sobre todo porque sin dinero en el bolsillo surgen todos los demás males, más cuando la arenga es a desobedecer la ley, acatar sólo el mandato del púlpito rodeado de rémoras e incondicionales que se doblegan ante las migajas de dinero, poder o el chantaje vil.

Aún falta para poder contar los asesinatos que llegan a 117 mil; el exceso de muertos por enfermedades no sólo Covid-19 sino de cáncer y crónico degenerativas, de niños fallecidos por falta de vacunas, medicamentos y atención, derivada de “ahorros” que no son sino desvíos para realizar obras plagadas de corrupción cuya utilidad está en veremos y que se alzan como trofeos de un grupúsculo donde sobresalen águilas y estrellas.

Veremos…