¿Cuánto pesa el pasado?

MTF. Alfredo Arévalo

A nivel familiar, de pareja, e individual el darle mucho peso a nuestro pasado nos hace crear un concepto de nosotros mismos que no encaja con la realidad que vivimos aquí y ahora, tanto en lo positivo como en lo negativo, nuestra historia afecta a nuestro presente. Aunque no seamos plenamente conscientes de ello, nuestro pasado nos programa, nos condiciona y nos hace ser tal y como somos. Por eso, cuando se presentan problemas emocionales, mirar atrás puede ser clave para sanarnos.

Algunas corrientes centran su trabajo terapéutico en solucionar el presente; ofrecen herramientas para poder enfrentar los síntomas que muestran las personas en el momento de acudir a consulta. Sin embargo, por diversos motivos no se profundiza en el pasado de la persona para hallar y sanar lo que origino este malestar.

Aprender del pasado

Debemos profundizar en nuestro pasado para comprender los patrones dañinos que seguimos en la actualidad. De lo contrario, tarde o temprano atravesaremos alguna crisis que nos forzará a caer, de nuevo, repitiendo las mismas actitudes que creíamos haber solucionado.

No se trata de hurgar en el pasado para recordar y sufrir, el objetivo es reconocer, aceptar y aprender:

  1. Conectar con las emociones, hay situaciones que nos causan dolor, es necesario observar y sentir, conectar con la emoción, ver en qué situaciones se ha repetido, así lograremos comprender cómo se forjaron los patrones perjudiciales que arrastramos todavía en nuestro presente.
  2. Asimilar el hecho de que las circunstancias del pasado ya no son las actuales, y no somos los mismos. Comprenderemos así que hicimos lo que pudimos hacer, aquellos patrones que creamos para sobrevivir en aquellas situaciones adversas hoy en día ya no tienen sentido en nuestra vida.
  3. Liberarnos de los patrones que creamos en aquella situación para ayudarnos a sobrevivir en aquellas circunstancias. Podremos hacerlo a medida que conectemos con nuestro pasado y nos comprendamos a nosotros como alguien diferente.
  4. Resignificar nuestra vida presente y reforzar nuevos aprendizajes para aplicarlos en nuestro día a día; así, los cambios introducidos en nuestra vida serán mucho más estables y duraderos que si nos hubiéramos centrado, únicamente en el presente, sin haber tenido en cuenta nuestro pasado, forzando una modificación en nuestra conducta.

EN CONSULTA

En una ocasión una chica solicito consulta individual, era una joven de 26 años que estaba a un año de terminar su licenciatura, el motivo de consulta que expresa es que siente malestar en varias áreas de su vida, que no cree que pueda hacer muchas cosas por si misma y que e n general siente que su autoestima no es buena, ha tenido relaciones de pareja donde se siente menos, y la relación con su familia también tenía conflicto.

Para que puedan imaginar a la joven, ella tenía el cabello largo castaño, ojos claros, no muy alta, tenía una complexión robusta pero se veían algunos músculos definidos, su voz era suave; se notaba que cuidaba su apariencia por la pulcritud de su ropa, su peinado, el maquillaje, y sus uñas. En general su apariencia física era buena, pero el autoconcepto era completamente fuera de la realidad, ella decía que estaba muy gorda, que nada le gustaba de ella, que lo más bonito era su cabello pero ya no.

Toda esta autoimagen se formó a raíz de los comentarios de sus padres y su hermana mayor, los padres la comparaban en varios aspectos con ella, por lo que en el sistema mi paciente era insuficiente, para sus padres la mujer perfecta era su hermana, la mas lista era su hermana, la que podía conseguir la mejor pareja y tener un mejor futuro era su hermana.

Esto dañó severamente a mi paciente, pues todo lo que ella consiguiera siempre iba a ser opacado por los comentarios de su familia, esta dinámica tenia bastante tiempo, desde que ella tenía cerca de 4 años se inicio con esta comparación, sumado a esto los padres la llevaron a una evaluación por su bajo desempeño, entonces toda su vida estuvo llena de etiquetas.

Para liberarse de esta situación era necesario que reconociera su YO actual, y que se iniciará un proceso donde comenzará a individuarse de la familia, para ello debería reconocer las circunstancias que la hacían sentir mal, y seguir los puntos que mencione anteriormente.

Este proceso lleva su tiempo, el fortalecerse y aceptar que hay situaciones en nuestro pasado que debemos soltar porque no nos definen actualmente, es un proceso lento que necesita de mucho amor propio y compasión, reconocer que la mayor parte de las críticas no son a causa de uno mismo, sino de las voces que en nuestro pasado nos dijo algún familiar o amigo.

“El único encanto del pasado consiste en que es el pasado”. Oscar Wilde.

Si quieres iniciar un proceso terapéutico personal, de pareja o familiar, puedes contactarme al 618-152-79-65; estaré encantado de atenderte.

 

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