¿Dinámicas toxicas?

MTF. Alfredo Arévalo

Hace tiempo hablamos del fenómeno explicado por Zygmunt Bauman, donde explica que las relaciones humanas han pasado a un estado “líquido”, a grandes rasgos nos volvemos productos, que se venden en cada oportunidad, y de igual manera se desechan. Esto se debe en gran parte a la influencia de las redes sociales, que lo han cambiado todo, impactando principalmente en el autoconcepto y de manera secundaria en las relaciones de pareja.

Con la aparición de chats de mensajería instantánea, aplicaciones para citas, o sitios donde te vendes, se han creado varios los fenómenos virtuales, la mayoría modificando la manera de vincularnos y conectarnos al mundo sentimental. En relación a la pareja vemos que se han creado términos como: Ghosting, orbiting, stalking…, los cuales son anglicismos creados para describir dinámicas en las relaciones, y que son en su mayoría dinámicas tóxicas.

Para entender un poco estas dinámicas daré una breve explicación, el ghosting es un término inglés que viene a expresar la acción de actuar en las relaciones interpersonales como un fantasma, con la capacidad para desaparecer en cualquier momento y de manera extrema, no dando ninguna explicación ni posibilidad de tener ninguna conversación, esto deja en la persona abandonada un sentimiento de angustia, y comienza a devaluarse a sí misma.

Por otro lado, el orbiting es un fenómeno muy relacionado con el término anterior, pero este ocurre cuando uno de los dos quiere dejar de tener una relación íntima y no lo expresa claramente, no elimina del todo el contacto, sigue dando señales, especialmente a través de las redes sociales, incluso puede llegar a interactuar con la parte abandonada, pero de una forma muy superficial, como dando “me gusta” a sus publicaciones o viendo sus historias. Eso sí, no contesta a sus mensajes ni llamadas, solo se percibe a la distancia.

De manera similar, el stalking está presente en las redes sociales, pero a mayor nivel de obsesión que el orbiting, aquí no se tiene que conocer a la persona o haber tenido una relación previa, simplemente un hombre o mujer quiere estar presente en la vida de un desconocido que observo en redes, y sin importar las respuestas negativas que pueda recibir, esta persona persiste en estar presente para el otro, se sirve de todo tipo de medios para acercarse a la víctima, llamadas de teléfono, mensajes de texto, e-mails, cartas, escribe su nombre en lugares públicos, le hace llegar regalos, la espía en su hogar, la sigue y hostiga por la calle o en su lugar de trabajo, en espacios públicos, etc. En los casos más graves, la víctima puede llegar a recibir amenazas, ver hackeadas sus cuentas en internet (tanto perfiles públicos como correos electrónicos) y/o sufrir algún tipo de delito violento.

Estos términos ya tienen tiempo empleándose para identificar estas acciones, otro relativamente nuevo es el breadcrumbing, que es similar al ghosting u orbiting, la traducción que se le da es “miga de pan”, y se podría definir como la dinámica de enviar señales mínimas a su pareja, demostrando que siguen ahí, dando esperanzas a la otra parte de que sigue en una relación amorosa, pero que no se quiere implicar con mayor compromiso.

Estas dinámicas que afectan principalmente las relaciones en pareja se pueden considerar tóxicas por varias razones, no obstante, se han analizado las posibles causas por las que se llega a presentar, pero aun no hay nada concreto.

  1. Pareja poco clara y concisa

En el breadcrumbing, ghosting y orbiting, esto queda muy claro, no existe una responsabilidad afectiva y todo se hace ambiguo, se mandan señales de que se interesa en una relación, pero al mismo tiempo se aleja de una manera abrupta o paulatina, no son claros en lo que se busca en la relación no hay propósitos, acuerdos u objetivos.

  1. Da señales intermitentes

Lo ideal es que en una pareja se mantenga el vínculo estable, y para ello la comunicación es clave, esta se debe de mantener constante, si esto no sucede se puede dar pie a que estas dinámicas tóxicas aparezcan en la relación, se pueden “perder” un tiempo sin dar señales, pero se entiende que la relación aún está activa, vuelve a estar presente esta ambigüedad en lo que se dice y se hace.

  1. No interactúan en persona (Solo online)

A causa de que la mayoría de estos comportamientos inician en redes sociales, es de esperarse que se busque mantener esta interacción impersonal, sin un compromiso o responsabilidad real ante las situaciones que se puedan presentar, se esconden para no tener una responsabilidad emocional.

  1. Comportamiento errático e incongruente

Es de cierta manera normal que se presenten altibajos en la relación, lo que se debe analizar en estas conductas es la coherencia de las acciones, pues en la mayoría de los casos quien lo hace trata de justificar su conducta, y se repite tanto este discurso que para ellos es una verdad absoluta, lo que provoca en la pareja un sentimiento de angustia o culpa por dudar de la pareja, haciendo creer que quizás los que nos comportamos de forma incoherente somos nosotros.

  1. Nunca se abren emocionalmente

Esta conducta está relacionada con elegir la interacción en línea, de cierta manera al mantenerse desvinculados de manera personal desconocen la manera adecuada de reconocer emociones o sentimientos, si dentro de la dinámica de pareja se obliga a hablar de sentimientos, es algo demasiado intenso para ellos, pues implica alcanzar un grado de intimidad que no les interesa. Prefieren vivir en una relación donde obtengan la atención suficiente por parte de su amante, pero sin que se vuelva tan seria como para adquirir mayor compromiso. Para evitarlo, ponen todo tipo de excusas, todo lo necesario para evitar hablar de lo que sienten.

  1. Otra dinámica

Los puntos anteriores encajan mayormente en las tres conductas que menciono en el primer punto, pero el stalking se encuentra en otro perfil, pues está catalogado como acoso y en algunos lugares ya está tipificado como delito, para comprender las causas que motivan la conducta de los stalkers algunos autores afirman que tras sus conductas existen sentimientos de enfado, hostilidad, obsesión, sentimientos de culpa o celos y malicia; y dependiendo de estos sentimientos los catalogan en varios tipos.

Resentido: Su principal motivación es asustar y contrariar a la víctima por la que siente rencor y resentimiento. Depredador: Este tipo de acosador acecha a la víctima por motivos sexuales hasta que encuentra el momento de atacarla. Rechazado: En este caso, acecha a la víctima con intenciones vengativas o para retomar una relación que la víctima ha roto. Pretendiente ineficaz: Suele ser una persona con pocas habilidades comunicativas y con escasas relaciones sociales, por lo que puede llegar a obsesionarse con alguien con quien se identifica. Deseoso de intimidad: La principal motivación de este acosador es un deseo irresistible por una relación amorosa con la víctima, a la que considera su alma gemela.

“A mí me enseñaron en la escuela que nunca se debe empezar una frase sin saber el final de la misma”. Paul Andrien Maurice Dirac.

Si quieres iniciar un proceso terapéutico personal, de pareja o familiar, puedes contactarme al 618-152-79-65; estaré encantado de atenderte.

 

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