Por Omar García Rosales
Las series animadas con han tocado diferentes temáticas para hacerse un lugar entre los televidentes. Drama, acción y aventuras han sido los géneros más empleados durante los últimos años. Pero en la década de los años 80’s, una niña de doce años aterrizaría en la televisión para recordarles a los adultos que la fantasía y los sueños se podían cumplir.
Estrenada en 1982 la serie Mahou no Princess Minky Momo (Las Aventuras de Gi Gi) nos presenta los últimos días del reino de Finalinarsa, un lugar en donde los humanos podían convivir con seres fantásticos de la manera más natural. Aunque con el pasar del tiempo las personas se fueron haciendo insensibles y poco creyentes de la fantasía, lo que ocasionó que este reino se alejará cada vez más de la Tierra, hasta que se volvió invisible para todos. Para evitar su completa desaparición su princesa de doce años Gigi es enviada a la Tierra para ayudar a los humanos a recobrar los sueños y ayudar a que la corona de su reino tenga doce joyas, las cuales son creadas por las buenas acciones de nuestra protagonista, con las que podrá salvar a su mundo.
Para lograr su misión, Gigi posee un pendiente mágico que le permite convertirse en una joven de dieciocho años con diferentes habilidades, además de ser acompañada por tres de sus mascotas: Boker un perro, Coco un mono y Yin-yin un ave, quienes le aconsejarán y apoyarán en todo momento.
Dirigida por Kunihiko Yuyama la serie contó con 63 episodios en el que Gigi luchaba por realizar buenas acciones y ayudar a las personas a creer en sus sueños. Esta se convirtió en un éxito en el país del sol naciente, ya que permitió a las niñas a soñar con el super poder de transformarse en una joven adulta que tenía éxito en cualquier profesión. Estos elementos la convirtieron en una serie aclamada por los niños, pero su gran mensaje era en realidad una crítica hacia los adultos. Ya que cuando los niños crecen y se convierten en adultos, van dejando atrás sus sueños e ilusiones.
Entre sus controversias destaca la escena de la transformación, que mostraba brevemente el cuerpo desnudo de la protagonista. Esto no pasaría desapercibido por el público adulto, lo que obligó a que la serie fuera censurada e incluso cancelada en varios países. Mención especial tiene el desenlace de la historia, ya que lejos de ser un final de cuentos de hadas, la serie nos presenta un final triste para Gigi quien termina muriendo no por consecuencia de su misión, sino por azares del destino a momentos de cumplir su objetivo. Dejando en claro que la muerte es sorpresiva, al igual que lo es la vida.
A cuarenta años de su estreno en televisión Las Aventuras de Gigi, es una serie animada con mucho trasfondo, que marco a toda una generación y le abrió en una primera instancia el camino al género de chicas mágicas en la animación.
