MTF. Alfredo Arévalo
En ocasiones en cuando la familia inicia un proceso de terapia donde afirma que los niños tienen un problema de seguridad, tenemos que analizar qué es lo que pasa con los padres, porque los que los niños han aprendido o escuchado de ellos es importante, pero lo que han visto es aún más importante.
Entrando en el tema de este artículo, en este sentido haremos un repaso a varios consejos para favorecer que la autoestima de los pequeños de la casa aumente. Porque con esto se modifican los significados que el niño puede tener en diversos aspectos de su vida, a muchos adultos les da miedo hablar en público, esto tiene que ver con inseguridades que se alimentaron desde niños.
Por ello en esta ocasión nos enfocaremos en actividades o ejercicios que ayudarán a aumentar la autoestima y confianza
Hablarles con un tono suave
En ocasiones nuestra personalidad nos obliga a olvidar que los niños son diferentes a nosotros, y si en una familia uno de los padres habla muy fuerte y es muy seguro al expresarse le molesta que uno de sus hijos habla poco en tono bajo y se le dificulte pedir las cosas, en respuesta él le grita que hable fuerte. En este sentido es importante recordar a los niños y niñas, al igual que a los adultos, no les gustan las personas que les hablan mal, pues los gritos no resuelven nada, en el ejemplo el niño lo puede ver como si papá rechazará lo que es.
Despiértales con cariño
Hay muchas muestras de afecto dentro de la familia, pero para iniciar el día, esta sería la más importante, en ocasiones, por las prisas del día a día, les despertamos de manera brusca, con rapidez y bastante estresados; es importante dedicar un tiempo para despertarles con muestras de afecto, como adultos tenemos una carga de trabajo y tenemos el tiempo encima, pero no hay que olvidar que al fin y al cabo ese despertar es lo primero que perciben de nosotros en el día.
No les pidamos que hagan todo bien, ni la perfección
Esto es sin duda lo peor que podemos hacer como adultos, si corregimos frecuentemente les generamos un sentimiento de sobreexigencia y el mensaje que estamos dando es que todo lo que hace está mal, y esto resulta en baja autoestima. Como adultos tenemos este conflicto con la búsqueda de la perfección y el “tener que ser…” de cierta manera para demostrar y demostrarnos cosas, pero para un niño no es importante, y eso lo debemos de entender.
Hablar con ellos/as y escucharlos
Dentro de estas muestras de afecto un papel importante está en cómo nos comunicamos, no solo con los hijos, sino con la pareja, para ello es importante compartir nuestro día para que ellos quieran compartir el suyo, en ocasiones les interrogamos sobre su día, y no nos damos cuenta que esto debe ser recíproco para generar este vínculo de confianza por decisión y no por obligación.
Si un parte es hablar para que ellos respondan de la misma manera, la otra es escuchar, esta es la clave para hacerles ver que tanto ellos/as como las cosas que comparten con nosotros son muy importantes.
Validar sus sentimientos
De nuevo, como adultos estamos acostumbrados a no reconocer lo que sentimos, lo dejamos para después o simplemente lo negamos; esto está bien para nosotros, pero no para los niños, validar no se trata de hacer lo que ellos digan, sino empatizar, respetar. “Ya sé que no te gusta, pero…podrías comerlo porque te hace bien” “Entiendo que quieres hacer X, pero…te servirá para que seas mejor en X cosa”.
Contacto físico
Aunque menciono que hay muchas muestras de afecto, el contacto físico es muy necesario, en ocasiones por las prisas del día a día y nuestros propios problemas, nos sumergimos en una rutina donde todo es correr, prisa y emociones densas. Esta parte es comprensible, pero con los hijos es necesario reiniciarse, dedicarles una sonrisa, ir más despacio y dar un abrazo, esto envía un mensaje muy importante, que les queremos y les aceptamos, además de estar dispuestos a dejar todo lo de afuera por estar bien con ellos. Y esto a nosotros nos da también un respiro, un descanso, un “párate a pensar y a valorar”.
Jugar
En ocasiones esta parte se vuelve complicada, pero puedes hacer un espacio en tu agenda para pasar tiempo con ellos, toma en cuenta que no es lo que juegan, sino el recuerdo del juego, y eso será un regalo para ambos.
Corregirles con respeto
Si bien es importante mostrar el afecto, también lo es saber poner límites y que ellos entiendan por qué se hace, en ocasiones se piensa que los límites tiene que ser con fuerza o amenazas, pero perfectamente se pueden marcar con cariño, sin amenazas, sin castigos. De este modo nos sentirán como un lugar seguro e identificarán los errores como oportunidades de aprender y no como fracasos o situaciones que deben ocultar para no ser castigados; el objetivo es que cuando tengan algún problema puedan hablar con nosotros, no que eviten que lo sepamos por miedo a qué les diremos.
Hay muchas más cosas que podemos hacer para favorecer su autoestima en el día a día. Quizás hay una última cosa acerca de la cual, aunque la damos por hecho, el mensaje no siempre les llega y es necesario que lo sepan. Es decirles: te quiero, me gusta mucho cómo eres. Estoy muy orgulloso de ti.
“Se habla mucho del amor de los padres y madres hacia sus criaturas, pero nadie ama como un niño, por eso nadie juzga como un adolescente”. Dolores Redondo.
Si quieres iniciar un proceso terapéutico personal, de pareja o familiar, puedes contactarme al 618-152-79-65; estaré encantado de atenderte.