MTF. Alfredo Arévalo
Gracias a las películas y programas de televisión esta palabra ha tomado un significado sexual un tanto perverso, pero lo que encierra esta palabra va mucho más que una parafilia y un deseo sexual hacia cadáveres; el significado real de esta palabra es: Atracción que siente una persona hacia la muerte y hacia todos los aspectos relacionados con ella.
Partiendo de este significado podemos entender que es todo lo relacionado con la muerte; afirmaba Freud que en cada persona existían dos pulsiones (impulsos) el de muerte y el de vida; lo que nos lleva al otro lado de la moneda, en la antropología se utiliza el termino biofilia, que tiene un significado opuesto a lo relacionado con la necrofilia, pues este nos conecta con la vida y la naturaleza.
Estas dos pulsiones se encuentran dentro de cada persona y se manifiestan de diversas formas, de cierta manera todos somos necrófilos y biofilos, la diferencia se encuentra principalmente en los lugares donde encontramos el placer, esto no quiere decir que se tengan actos sexuales con muertos, sino que decides enaltecer o venerar a todo lo que simboliza muerte y destrucción.
Hemos visto que dentro del narcotráfico se ha mostrado con frecuencia que veneran a la muerte, le piden favores y protección, esto es un ejemplo claro de la necrofilia que hablamos. Así mismo podemos admirar o idolatrar a gente que realizo genocidios, que participaron en alguna guerra o que fueron dictadores de algún país.
Todo lo que genera caos y destrucción está relacionado con este impulso de muerte, y como la mayoría de las necesidades de nuestra psique decide presentarse en la vida real como admiración, fe, e incluso imitación. Es por ello que encontramos fanáticos de la SS o de Hitler aun sin ser alemanes o rubios, nuestro sentido de pertenencia nos lleva a querer estar donde nuestras ideas sean valoradas y aceptadas.
La mayoría de los adolescentes en la búsqueda de una identidad han desarrollado este tipo de conductas, o se han presentado de una manera más aceptable, como el tener imágenes de cráneos en la ropa, libros o cuadernos; para algunos el vestir de color negro también está relacionado con el luto por la muerte; el coleccionar flores secas o animales disecados (inclusive huesos), etc., todo esto se relaciona con esta pulsión que nos hace mirar hacia el lado de la muerte.
Para algunos la idea de que llevamos dentro este deseo de admirar la muerte puede causar algún tipo de rechazo, pero debemos de darnos cuenta que somos luz y oscuridad, aceptando eso nos ayuda a complementarnos, esta parte de acercarnos a la muerte se integra en las reglas que no queremos sobrepasar, para algunos este deseo los hace cometer homicidio, destruir cosas, agredir constantemente a las personas, incluso ser parte de un grupo armado con la idea de que en algún momento se dará la oportunidad de satisfacer esta pulsión, y por el otro lado están los que la pueden controlar, los que han tenido la necesidad, pero algo dentro de ellos les dice que es “incorrecto”, o que lo ha intentado y llega un sentimiento enorme de “culpa”.
Desde un aspecto social puede ser peligrosa por el deseo de muerte; y el sadismo que se puede presentar con animales o mascotas (sin matar); pero a nivel personal se presenta con esta idea constante de morir, lastimarse, o hasta llegar a intentos de suicidio (o consumarlo). Aunque no necesariamente es un factor para cometer suicidio, si el impulso de muerte está presente buscará la persona podría crear distorsiones de la realidad que pueden afectarle gravemente.
Desde este punto de vista todos tenemos estas pulsiones, las cuales a lo largo de nuestra vida las aprendemos a controlar y en ocasiones hasta utilizarlas como una motivación para realizar cosas en nuestro beneficio, si bien son muy diferentes una de la otra, son un complemento para tener la visión completa de lo que nos rodea.
“La muerte es un exceso de realidad inasumible, insoportable”. Javier Sanz
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