Por Juan Nava Stenner
Bueno, al menos en nuestra ruidosa ciudad, la consulta popular para enjuiciar a los expresidentes, tronó como ejote. Vi algunas casillas solas y hasta cerradas, con cientos de bromas en las redes sociales, pero también un reclamo por el costo, algo así como 500 millones de pesos…
Tuvo más eco el pleito que se echaron en las redes sociales el de Seguridad municipal y el esposo de Sandra Amaya.
Y de la consulta y su tronada no me admiro, igual pasó en todo el país, porque la ciudadanía culta, preparada, trabajadora, no iba a desperdiciar ni un ratito de su día de descanso para hacerle el juego político al Mr. president López Obrador en algo inalcanzable. Bueno, no me equivoco, sí fueron sus huestes locales, porque los morenos tricolores se dieron cita para acudir temprano a “depositar su sufragio” para castigar a los rateros de los expresidentes.
Ni se les ocurre, pero ¿por qué no piden enjuiciar al exgobernador Herrera Caldera y a sus 100 amparados? Muchos morenos locales trabajaron en ese sexenio y se enriquecieron del mismo, es más, siguen dándole vida a los intereses particulares de tal señor… Por cierto, ¿ya se aclaró ese faltante por más de 300 millones de pesos en la administración de Enríquez…?
Cabe señalar que si la consulta hubiera sido un éxito, era improcedente y no iba a prosperar para cumplir su cometido. Era una consulta, preguntarle a la gente algo de lo que ni siquiera está segura. Luego tendría que venir otro proceso para el cual, López Obrador ya no tiene tiempo, ni dinero…
Hoy seguramente, desde el Gobierno federal irán a decir que la consulta fue exitosa, que la gente acaparó las casillas y que la votación fue copiosa, pero nada más falso e inocultable. La gente pide medicinas, salud, vacunas, comida, empleo, seguridad y seriedad de un gobierno cómico que no deja de pelearse con todos sin motivo…
Gastaron 500 millones de pesos, bajita la mano. El INE organizó, pero no tuvo el eco ciudadano de un pueblo que sí cimienta sus esperanzas en la democracia.
Ya lo veremos mañana, las carcajadas que va a despertar y la verborrea que el presidente debe dedicarle en la mañanera de San Lunes.
