Por Omar García Rosales
Uno de los géneros favoritos de la ciencia ficción son las invasiones extraterrestres debido a la constante amenaza de seres de otros mundos que visitan la tierra solo para destruirla. Pero como era de esperarse la humanidad no se pondrá de brazos cruzados, sino que siempre lucha por su independencia.
En repetidas ocasiones las diferentes razas extraterrestres que han entrado en contacto con la humanidad en la pantalla grande, no siempre vienen con las mejores opciones para entablar una gran amistad o compartir los secretos de los viajes espaciales. Ya que a lo largo de la historia estos vienen con el único objetivo de conquistar a la humanidad y utilizar el planeta para consumir sus recursos y al final del día venderlo al mejor postor.
Hace veinticinco años el director Roland Emerich nos presentó la cinta Independence Day (Día de la Independencia) en donde la formula no difiere a otras entregas del género, pero la repentina aparición de una gran nave espacial, nos deja en claro que no estamos solos el universo.
De esta se desprenden mas naves las cuales se sitúan en las principales ciudades de todo el mundo y sin previo aviso comienzan a destruir estos puntos estratégicos ante la mirada atónita de toda la humanidad y los propios gobiernos de la Tierra, ya que ninguna de las armas creadas por el hombre puede causar el mínimo rasguño a estas naves, que además traen consigo una gran horda de naves caza para destruir la respuesta por parte de la humanidad. Con todo perdido ante un enemigo físicamente imposible de vencer, toda la esperanza de la humanidad recae en la mítica Área 51 en donde se emplea una antigua nave que cayo décadas atrás en nuestro mundo, armada con un virus informático y una gran bomba se convierte en la última esperanza de la humanidad, quien en plenos festejos de la independencia del país de las barras y las estrellas, inician la batalla por la tierra.
La película contó con grandes efectos especiales para la época de los años 90’s, además de estar cargada con mucho patriotismo en su trama para atraer a un mayor público. A pesar de que continúo con las diferentes fórmulas que ya se habían presentado anteriormente en el cine, el metraje nos dejó en claro que no hay un actor que sea el protagonista, ya que todo gira alrededor de la invasión y los esfuerzos para detenerla, tomando mucha influencia de la obra La Guerra de los Mundos de H.G. Wells.
A veinticinco años de su estreno en cines, Día de la Independencia se convirtió en un referente de la ciencia ficción, gracias a sus escenas que han quedado grabadas en la mente de los espectadores y diferentes discursos patrióticos en un mundo lleno de acción y destrucción, que al final del día obliga a toda la humanidad a unirse para evitar su extinción.
