Por Juan Nava Stenner
Las encuestas de los profesionales del ramo, presagian que para las elecciones del primer domingo de junio, nadie le va a poder competir a Morena, pese al desbarajuste que priva hacia el interior del movimiento hecho partidazo luego de los sonoros escándalos y desunión de sus integrantes.
Pese a los errores en la economía, las trastadas en el control de la pandemia, la inseguridad, la nula visión a un futuro de energías renovables, la cerrazón de todos los días y los continuos pleitos contra los molinos de viento, es López Obrador, un presidente amado hasta el fanatismo. De sur a norte, a lo ancho y largo del país, el avance del morenismo, parece irrefrenable. ¡Curioso!, el país hecho un desastre y el presidente con el nivel de aceptación más alto de la historia.
Por eso, las encuestas ven a Morena como único triunfador ante una oposición que se antoja muerta, putrefacta, con una historia de corrupción y yerros que la historia tanto señala y la gente tanto odia.
Esto dicen las encuestas y esto observan los más avispados analistas del país y de Durango.
Yo discrepo, pero solo por observación, digo que será el PRI el gran ganador del combate electoral al menos en Durango. Hay varios factores que suponen que debería ser así:
1.- Un gran trabajo de Enrique Benítez y su equipo del CDE que pese a arrastrar la derrota de 2016 y la pésima imagen que le dejó al tricolor las raterías del anterior sexenio calderista, se mantuvo unido y trabajando como si fueran gobierno.
2.-Benítez abrió la puerta para que salieran quienes desearan irse a buscar aires más frescos y no perdió el PRI presencia ni conectividad con sus huestes. Así se fueron Iván Gurrola, Otniel García, Óscar García Barrón, por decir algunos de los gallos finos.
3.-Benítez endureció la línea, pero mantuvo unido al CDE y a todos los municipios priistas o no, de modo que en los 39 hay secciones y grupos de promoción trabajando arduamente y participando en labores sociales de toda índole. Mientras aquí en Morena hay división y pleitos, chismes y odios notorios que lo ha convertido en facciones, en el PRI la unidad ha sido ley bajo el férreo mandato de Benítez. Trae buenas cuentas.
4.-Quienes poco entienden al PRI lo critican de presentar “las mismas caras de siempre”, cuando lo que existe es la imperiosa necesidad de hoy presentar a los perfiles más experimentados que vayan al Congreso local y federal a recuperar los espacios perdidos. Con doctrina y estatutos. Los alegatos de si buenos o malos, cada quien los tiene.
5.-El regreso de Ismael es notorio y Benítez nunca rompió con él. Pero el mismo Ismael habrá entendido que no todo puede ser negocio familiar y que importa el rescate de la firma, antes del descalabro total. Quién sabe, al PRI podría no irle bien en los comicios federales a diferencia de lo bien que le puede ir en los comicios estatales.
La gente puede decir “son los mismos corruptos de siempre”. No es así, al menos en Durango el PRI aprendió la lección del calderismo y de los saqueos del pasado. Trabajarán en superar esa histórica herencia y superarla, ahorita lo que importa es recobrar el Congreso con la alianza “Va por México” y va por Durango y luego preparar recuperar la gubernatura para 2024.
Podría ser el mismo Benítez el aspirante más fuerte.