Por Azu Macías
En la pareja uno más uno son 3… La pareja es una de las aspiraciones fundamentales del individuo a la que se rodea con una aureola de misticismo por su complejidad al comprender lo que sucede en su interior. En la época actual pareciera que hablamos de la pareja como un objeto accesorio que puede satisfacer o no las necesidades del cliente, ese otro que en algún momento no pareció una buena adquisición.
Pero ¿por qué entonces conforme pasa el tiempo y a pesar de sentir que aquel otro no satisface del todo algunas necesidades cuesta trabajo irse de ahí, abandonarlo o dejar que nos abandone? Quizá porque en realidad la naturaleza de la pareja se compone de diferentes niveles más, reales e imaginarios, actuales y pasados; de ahí su complejidad, su misterio y su magia.
Cada miembro con su historia, necesidades, proyectos, ambiciones, deseos, heridas no hacen dos al juntarse sino 3. Imaginemos que a lo largo de nuestra vida conocemos a otros que también como nosotros traen todo este bagaje que menciono, podemos tener algún tipo de relación (compañeros de trabajo, de estudios, etc.), pero no hacemos pareja, de forma que al sumar ahí uno más uno generalmente dan dos. En la relación de pareja sin embargo, dan 3.
El tercero es ese puente que ambos seres individuales construyeron para poder juntarse en un espacio propio, así se forma esa relación especial que es la pareja, con ese puente que adquiere su forma, sus reglas y necesidades, que va tejiendo una historia, es ese puente que requiere mantenimiento que de no dárselo puede decidir derrumbarse.
De esta forma en lugar de gastar intentos tratando de describir qué necesitamos que el otro (un ser individual) haga o deje de hacer, podemos comenzar a preguntarnos: ¿Qué es esta relación para nosotros? ¿Qué afecta a esta relación? ¿Qué nos lleva a hacer la relación? ¿Qué necesita la relación de ambos? Así le daremos su legítimo lugar a ese tercero que casi siempre olvidamos creyendo que uno más uno son dos.
Esto nos deja pensando pues es difícil de entender, aún así ver a la relación de esta forma compleja se asemeja más a la vida a la cual pertenece, a una vida en la que las cosas no son solo sumas y restas, blancos y negros, felicidad o tristeza sino que acontece toda una gama de emociones y experiencias. Hablar con nuestra relación nos puede ayudar a salir de ataques y expectativas del otro, es ver lo que ambos hemos construido juntos y de ahí partir a lo que se requiere, nos permitirá ver que nosotros hemos contribuido a su creación (ambos) y que esta relación a su vez nos ha creado a cada uno con el paso del tiempo.
