- En 2020, casi mil mordeduras de perro.
- El 30% de los ataques es catalogado como grave.
Perla Rodríguez / La Voz de Durango
En lo que va del año, casi mil personas han sido víctimas de un ataque canino, informó la jefa del Centro Antirrábico “Carlos León de la Peña”, Sara Rojas Rivera, quien asimismo refirió que el 30 por ciento de las mordeduras son reportadas como graves, el resto, un 70 por ciento es catalogado como ligeras.
“Cada semana tenemos más de 10 agresiones. Grave es cuando se da en la cabeza, hombros, cuello; cuando un perro muerde a una persona, o cualquier animal, tienen que estar en observación durante 10 días, el animal y la persona”, explicó.
Aunque las mordeduras se registran por parte de cualquier raza, es precisamente el perro Pitbull el que lidera el número de casos, “todavía es el campeón (…) seis perros Pitbull muerden cada semana”.
Entonces, los ataques de esta raza representan el 60 por ciento de la totalidad de agresiones que registra el centro.
Por otro lado, expuso que en el marco de la contingencia sanitaria, que implica haya familias por más tiempo en el domicilio, se han registrado más agresiones del mismo perro que se tiene en casa.
“Es algo que nos tiene que poner en alarma, quiere decir que no hay todavía un conocimiento claro de cómo tratar a la mascota”.
El proceso al momento en que se registra un ataque, dijo, comienza cuando acuden al Centro Antirrábico donde se abre un expediente.
Por un lado la persona lesionada debe recibir la atención médica necesaria, en tanto, en las instalaciones se hacen cargo del animal mientras pasa el periodo de 10 días, momento en que se observa el comportamiento del perro y su evolución.
Finalmente, de acuerdo a lo analizado después de ese tiempo se entrega a sus dueños, aunque hay quienes ya no vuelven por ellos, “se les dan otros tres días, y si ya no vienen, el animal se sacrifica y se envía al incinerador”.
Por dicha razón, estima Rojas Rivera que alrededor de cinco perros son sacrificados cada semana en el Centro Antirrábico.
“A veces nos firman que se queda a disposición el animal, cuando es un perro que ya no se puede con él, que ni siquiera el dueño. De hecho, a veces vienen los bomberos a traerlo porque ni el dueño puede con ellos ya”.
