Ideario

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Por Azu Macías

El buen amor… Porque no todo está perdido en el terreno de la pareja, tras un mal amor existe la posibilidad de sanarse a sí mismo, cada pareja que ha fracasado contribuye con sus aprendizajes a sanar heridas que no permitan ir al encuentro con un otro desde otro lugar, desde otra perspectiva. Una de las cosas esenciales para ello es quitar el papel de víctima y de victimario, del bueno y del malo, para asumir que nuestros vacíos nos juntaron con los de otro y que de ahí resultó una mala receta, los ingredientes que aportamos no fueron de calidad.

Dice Joan Garriga (psicólogo gestaltista) que lo que sí hay son buenas y malas relaciones, buen y mal amor. Desde este punto entonces entendamos que no hay recetas mágicas y que el amor no es suficiente para sostener a la pareja, se requiere del buen amor: el que hace sentir bienestar, el que nutre, el que ayuda a crecer a ambos participantes.

Primero recordemos qué es el mal amor: es aquel basado en la dependencia, en el que los miembros no pueden aceptar la diferencia del otro, o bien la niegan o tratan de hacerlo ajustarse a un modo que sea más manejable para su idea del amor, se emplea la fantasía, el conflicto no se puede resolver sino que cada vez se agranda más, los límites son difusos (nos metemos con el otro o nos alejamos en exceso), al comunicarnos lo hacemos desde nuestra perspectiva con falta de empatía lo que puede generar descalificaciones o violencia de algún tipo o repetimos patrones de los miembros de la familia que estuvieron antes que nosotros en el árbol de la vida.

¿Cómo es el buen amor? Si he tenido malas experiencias, ¿de dónde lo saco? Es tan diverso como el malo… Pero en él los miembros sienten respeto mutuo, ven las diferencias y aunque a veces les generan conflicto las usan para generar acuerdos porque saben que la diferencia nutre, que el conflicto no es el problema porque las crisis nos permiten ampliar horizontes y cambiar de piel; en el buen amor uno se siente aceptado, pero porque se acepta a sí mismo y al otro, uno se siente movilizado a la mejora y no impedido, uno no olvida sus metas sino que las comparte con el otro con afán, hay un proyecto personal y uno conjunto, existe la conciencia de las heridas personales que uno intenta sanar sin que el otro esté obligado a hacerlo por nosotros, hay comprensión de los errores de nuestros antepasados y permiso para hacerlo diferente.

Todos tenemos un modelo de buen amor en algún cajón en nuestra memoria también: cierre los ojos e intente poner en el espacio en medio de sus cejas a la persona de la que más amor ha sentido, deje que esa sensación de amor se expanda dentro de su ser y recuerde lo que ese amor le genera, ahora trate de devolver ese amor a la misma persona y extenderlo incluso más allá hacia el resto, finalmente abra los ojos y a la primera persona que debe dar ese amor con los ojos abiertos, ese buen amor,  es a sí mismo, porque si hay buenas relaciones, es de ahí de donde surgen.