Graciela Rosales/La Voz de Durango
Por fin, una lucecita alumbra al sector de la construcción con la contratación crediticia que realizará el Gobierno del Estado en próximos días con el Banco Nacional de Obras y Servicios (Banobras) por un monto de mil 760 millones de pesos, que de acuerdo con la aprobación emitida por el Congreso del Estado, solo podrá utilizarse en proyectos de inversión productiva, lo que necesariamente implica activación económica, una bocanada de aire en un momento de asfixia.
Desde hace por lo menos dos años, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), viene padeciendo la falta de obra pública, el cierre de empresas constructoras y la disminución de la planta laboral.
Este organismo tiene un universo aproximado de 300 empresas afiliadas, de las cuales en este momento, solo el 20 por ciento tiene trabajo, mientras que el 80 por ciento restante está en espera de un momento como el que el jueves anunció Jesús Arturo Díaz Medina, titular de la Secretaría de Finanzas y Administración.
Sin embargo, todavía hay que esperar la firma de los convenios crediticios y si todo sale bien, se estarán firmando en cuestión de días, ojalá y así sea porque un sector que generaba alrededor de 12 mil empleos anuales y que en la actualidad solo tiene mil, está realmente ansioso por comenzar a trabajar, luego de la prolongada crisis.
El ejercicio de este crédito, abre la posibilidad de activar al menos 60 ramas de la economía y dará movimiento comercial al estado en un momento en el que la posibilidad de ver la luz, llena de esperanza y alienta la economía local.
El gran reto será el auto cuidado en los trabajadores de la construcción, entonces se podrá ver qué tanto funciona la capacitación que según el líder de los constructores, Miguel Ángel Reveles Pérez, se estuvo impartiendo entre los trabajadores a los que necesariamente tendrán que dotar del equipo de protección y enseñar a respetar los protocolos sanitarios, propios de esta importante actividad económica.
¡Enhorabuena!, y ojalá que la firma de los contratos crediticios y las licitaciones no se conviertan en un camino burocrático que retrase el trabajo que la sociedad está deseosa de ver lo más rápido posible.
