¿Reencuentro con la pareja?

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MTF. Alfredo Arévalo

Recuerdo un caso que atendí en terapia cuando inicié la práctica clínica, aún estudiando la maestría en terapia familiar; era una señora que asistía con su hija, su esposo nunca acudió, uno de los principales miedos de ella era que su esposo iba a pasar más tiempo con ella, él tenía un trabajo donde se ausentaba por un mes y regresaba 10 días para estar con su familia.

En este ir y venir de la figura paterna, el sistema familiar aprendió a convivir el menor tiempo posible con él, entonces luego de 8 años con esta dinámica, él regresaría a estar por completo con su familia; lo que generaba ansiedad en la esposa era que no sabría cómo tratarlo, explicaba que el tiempo que no estaba hablaban por teléfono y los 10 días que estaban juntos salían a comer en familia, visitaban a sus padres (de ambos), en fin, trataban de disfrutar la mayor parte del tiempo, pero en ello no había un encuentro real entre la pareja.

Cuando inicié a prepararme en esta carrera, había casos que me sorprendían, pues los veía desde mi sistema familiar, y hasta cierto punto consideraba difícil de creer que una pareja con más de 8 años de relación tuvieran un conflicto al estar juntos la mayor parte del tiempo, había huecos que se habían formado por la distancia, falta de comunicación o de interés en lo que buscaba la pareja, había estabilidad económica, pero no emocional.

En estos días he recordado este caso, pues debido a la cuarentena muchas familias se han visto obligadas a convivir con sus parejas, luego de que sus hábitos normales los hacían convivir lo menos posible, unas cuantas horas al día. Actualmente ambos se crean rutinas que los mantienen fuera o en horarios contrarios.

Aumento de violencia doméstica debido a cuarentena

Ese fue el titular de una nota que se publicó hace algunos días en un periódico de Nuevo León, y días después se presentaron algunos casos aquí en Durango, podríamos cuestionarnos si la convivencia obligada ocasiona este incremento, o si el estrés de no tener una certeza (económica, laboral, emocional) desestabiliza la relación con alguien que probablemente estabas bien.

Probablemente estabas bien, lo repito porque en ocasiones pierdes la capacidad de ver los detonantes de esta violencia, nos unimos a la definición global del amor  “olvidando y perdonando”, y omitimos ciertas cosas que podrían incomodar la relación perfecta que queremos tener. Pues como pasa con una fotografía o una película, mientras más veces la vez más cosas observas, y en el caso de una convivencia fuera de lo habitual, donde se están presentes más horas al día, hay más cosas que observas en tu pareja.

Ya se había explicado que la etapa del enamoramiento no permite ver ciertos detalles de la personalidad del otro, pues igual pasa con una rutina en la que de 15 horas únicamente conviven 4; eso de imaginarse que este cambio ocasione movimientos en la pareja, observar más de cerca a la otra persona, ver claramente los defectos, ver que la comunicación no era tan buena como se creía, pues no es solo hablar.

Algunas parejas se tambalean en estas circunstancias, ocasionando discusiones y enojos frecuentes, y en un extremo se llega a la violencia; no solo con la pareja, en ocasiones tiene que ver también con los hijos, si ellos están acostumbrados a uno de los padres se dificulta que el que estaba más tiempo ausente se integre y sepa cómo convivir con ellos, propiciando enojo entre los padres.

Reencuentro con la pareja (o familia)

Pues ya se tiene la oportunidad de iniciar un reencuentro, démosle otro significado a esta cuarentena, sabemos que es obligado, si fuera por decisión cambiarían las circunstancias y la intención al realizar este acercamiento. Pero ya estamos aquí, vamos a resignificar.

Si se ha mantenido por mucho tiempo la rutina que los aleja de la familia sería bueno plantearse un objetivo desde cero; vamos a conocer a la pareja, preguntar qué le gusta, planear una convivencia solos (aun cuando estén los hijos en casa es posible, solo hace falta un poco de imaginación y disposición); si eres el padre que estaba ausente, busca acercarte a tus hijos, encuentra una actividad que ambos disfruten, para ello tienes que preguntar qué es lo que le gusta a tu hij@, pues tampoco es recomendable hacer lo que a ti te gusta, pues sería una imposición y en realidad no estás seguro de que lo vayan a disfrutar ambos.

En este punto de reencuentro es importante fortalecer la comunicación, hay que conocer a los demás y la mejor forma es hablando.

Como ya lo habíamos comentado en otro artículo, la violencia puede presentarse en la relación debido a muchos detonantes, pero siempre es fácil controlarla si se tiene la disposición, y no se trata de que uno sea violent@, es una situación que se ubica en un contexto (de toda la familia) y que resulta en una agresión; y si esta no se ha presentado de manera regular, la comunicación puede ayudar a que se evite.

En el caso de parejas en las que la violencia ya es parte de su vida, es mejor no arriesgarse a ver qué puede pasar, muchos especialistas están ofreciendo su apoyo por medio de redes sociales, con ellos pueden solicitar un refuerzo extra para superar esta situación, muchos creen que este encierro puede enfocarse a realizar cambios importantes en la vida de las personas o desarrollar nuevas habilidades; el cambiar la situación de violencia puede ser ese cambio importante.

“Los hombres se casan con mujeres con la esperanza de que nunca van a cambiar. Las mujeres se casan hombres con la esperanza de que ellos van a cambiar. Invariablemente ambos terminan decepcionados”. Albert Einstein.

Sobreviviremos al próximo lunes… si cuidamos de nosotros y nuestra familia.

Nuevamente los invito a escribir a mi correo alfredo.adj@gmail.com, en caso de necesitar un apoyo extra.