- Las palmas se cruzaron en las puertas de los hogares.
- Después de la Pasión y Muerte de Jesús, viene la Resurrección: Monseñor Faustino Armendáriz Jiménez.
Graciela Rosales/La Voz de Durango
En la celebración eucarística del Domingo de Ramos, monseñor Faustino Armendáriz Jiménez, dijo que, “Hoy el señor pregunta, ¿realmente quieres liberarte de esta pandemia?, si tú le dices sí quiero, tienes que abrir el corazón y poner la disponibilidad para acatar aquellos medios muy humanos que se proponen para no ser focos de contaminación, que el Señor nos ayude a hacer su voluntad, sabiendo que después de su pasión y muerte viene la resurrección”.
Con este mensaje, desde las plataformas digitales de la Arquidiócesis de Durango, el arzobispo invitó a los feligreses a seguir las transmisiones que se realizarán de lunes a miércoles a las 12:00 horas; jueves y viernes a las 17:00 horas y con oportunidad se hará saber el horario del rosario de pésame.
Dada la contingencia y la suspensión de misas, se sugirió a los católicos vivir el Domingo de Ramos de una manera diferente, haciendo con ramas una cruz que se colocó en la puerta de los hogares, para recordar la llegada de Jesús a Jerusalén.
“Esos ramos que tienen en casa, muchos los han puesto en la puerta de su casa, los siguientes días los contemplaremos en silencio y su silencio será con corazón abierto para hacer lo que Dios pida, impotentes de ver lo que es capaz de hacer el ser humano, con tanta maquinación, con tanta mentira, con tanta violencia contra un inocente, ese es el camino de la cruz”.
En la lectura, señala la soledad de Jesús en Getsemaní, resaltando la traición hacia Jesús”, hermanos que la pasión del señor nos ponga en silencio ¿Por qué nos sucede esto a nosotros?, y Jesús dice que es su sangre derramada para el perdón de los pecados, él no baja de la cruz, se queda crucificado para salvarnos a nosotros” …Nadie tiene más amor por los demás que aquel que da la vida por sus amigos.
Monseñor dijo que se han vivido muchas semanas santas con habitual indiferencia, saliendo a otros lugares y dejando los templos, “que se conmueva la tierra por esa habitual indiferencia, que se despedacen las rocas de los corazones duros y empedernidos, hoy sufrimos con Jesús y quedará claro que el dolor tiene sentido cuando lo padecemos con esperanza porque creemos en Dios y en la responsabilidad de todos de que esto tiene que pasar, porque Dios lo quiere, pero en la medida en que nosotros colaboremos con Dios, cuando Dios quiere hacer un milagro en la persona de Jesús.
Hoy el señor pregunta, ¿realmente quiéres liberarte de esta pandemia?, si tú le dices sí quiero, tienes que abrir el corazón y poner la disponibilidad y acatar aquellos medios muy humanos que se proponen para no ser focos de contaminación, que el Señor nos ayude a hacer su voluntad, sabiendo que después de su pasión y muerte viene la resurrección”.
Cuaresma –dijo- es tiempo para doblar las rodillas al nombre de Jesús, toda rodilla se doble como signo de humildad, cuando el sacerdote levanta el pan y el vino, su cuerpo y su sangre, la cual es adorada; a veces somos indiferentes a ese milagro y seguimos de pie; son tiempos de inclinar la cabeza y ponernos en las manos de Dios, son tiempos de adoración porque son tiempos de reconocer el amor de Dios.
Dejemos los pecados a los pies del Crucificado, a los pies de esa cruz de amor y que María sea el ejemplo para valorar el sacrificio de su Hijo en la cruz, que eso haga bajar la cabeza diciéndole al Señor gracias por el amor que has dado.