- Los indígenas han empezado a comer raíces y también a enfermarse.
Graciela Rosales/La Voz de Durango
“Estamos comiendo raíces de los árboles, ya no tenemos comida”, no ha llegado ayuda de nada, dijeron los habitantes de Cueva Rasposa, del municipio de Pueblo Nuevo, quienes además de la amenaza del grupo armado, la falta de alimentos, enfrentan la presión de saberse solos.
A varios días de que la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y la Fiscalía General del Estado de Durango (FGED), anunciaran que establecerían comunicación con el Ayuntamiento de Pueblo Nuevo para enviar ayuda asistencial, la respuesta ha sido nula.
La treintena de personas que fueron desplazadas de Camarones a Cueva Rasposa, cumplieron 15 días de vivir en la escuela y dormir en el suelo, los primeros días comían tortillas, ahora los adultos han comenzado a comer raíces de los árboles, porque el maíz está por terminarse, “queda poco maíz, es pa’ los niños y las mujeres preñadas”.
Ya hay personas enfermas, niños y adultos presentan erupciones en su cuerpo, no saben de qué les salieron granos y no tienen cómo saberlo, ahí no hay médicos, ni medicina.
Además de este grupo, están los habitantes de Cueva Rasposa que son cerca de 150 personas de todas las edades, esperanzadas en la autoridad que hasta el momento ha sido omisa al permitir la violación de derechos humanos.
Las palabras de esos duranguenses cercados por la delincuencia, impedidos para salir de su comunidad y surtir sus despensas o buscar atención médica, es ya una súplica con frases quebradas por la desesperación y lamentablemente por el olvido y negligencia de quienes pudieran ayudar y no lo hacen.