¿Has sentido ansiedad?

MTF. Alfredo Arévalo

Como ya lo mencionaba en otros artículos, la mayoría de los trastornos surgen de mecanismos de defensa que se salen de control, o mejor dicho que no sabemos controlar, visto de esta manera la ansiedad es un sistema de alerta, es nuestra alarma de protección contra amenazas es un mecanismo universal, todas las personas lo tenemos, es algo normal que se adapta conforme surgen situaciones que nos desequilibran.

Su función es movilizar al organismo, mantenerlo alerta y dispuesto a enfrentar los riesgos, proporcionando ideas para que se minimicen sus consecuencias. Básicamente eso es lo que se nos sale de control, comenzamos a pensar soluciones, pero al no encontrar una salida o no confiar en la información que nos da nuestro cerebro comenzamos a pensar finales catastróficos. En este punto nuestro cerebro ya no es tan racional porque se “equivocó” en su primera opción y comienza a lanzar ideas al azar.

En muchas ocasiones se relaciona directamente con la depresión, y hay especialistas que afirman que van de la mano, sin embargo, tienen sus diferencias, principalmente es que la depresión es algo de nuestro pasado que no podemos soltar y nos causa una tristeza muy grande, mientras que la ansiedad es el miedo por un futuro incierto que está presente en todas nuestras decisiones; si bien en la depresión se puede dar un ataque de ansiedad, y en la ansiedad se da una tristeza profunda por no saber qué hacer, solo son síntomas del trastorno que se presenta con mayor frecuencia.

La ansiedad se relaciona con tres aspectos

  • Cognitivos: anticipando amenazas, evaluación del riesgo, pensamientos automáticos negativos, imágenes importunas, etc.
  • Fisiológicos: activación de diversos centros nerviosos (particularmente del sistema nervioso autónomo), que implica cambios vasculares, respiratorios, etc.
  • Motores y de conducta: inhibición o sobreactivación motora, comportamiento defensivo, búsqueda de seguridad, sumisión, evitación, agresividad, etc.

En ocasiones estos componentes actúan de manera independiente, y ocasiona malestar al recibir algunos estímulos externos o internos.  Cuando sobrepasa determinados límites, la ansiedad se convierte en un problema de salud, impide el bienestar e interfiere notablemente en las actividades sociales, laborales, o intelectuales. Puede limitar la libertad de movimientos y en estos casos no estamos ante un simple problema de nervios, sino ante una alteración. Y la gravedad de este trastorno se mide fundamentalmente por dos parámetros: el sufrimiento y la incapacidad que genera, siendo más grave cuando se originan problemas de salud, e implican mayores limitaciones para quien los padece.

Origen y mantenimiento de la ansiedad

Factores predisposicionales: Con esto me refiero a variables biológicas, que  hacen más probable que un individuo desarrolle ansiedad si se ve expuesto a situaciones capaces de activarla. Dentro de este grupo podríamos considerar la personalidad (sin tomar en cuenta la historia de personal) únicamente lo condicionada por la biología y el aprendizaje. Son factores de vulnerabilidad dicho en otras palabras, hay personas que cuentan con un sistema de alerta más sensible,  y más complejo de desactivar una vez activado.

Factores activadores: Son aquellos hechos, situaciones o circunstancias que la activan,  la preparación para responder y la respuesta. La ansiedad se vincula a la percepción de amenaza, por lo tanto, los factores activadores de la ansiedad son aquellos que de acuerdo a la personalidad se consideran amenazantes, depende de una valoración automática. Los problemas grandes que obstaculizan tus planes más importantes; Así, percibiríamos como amenazante la pérdida de la salud, la pareja, la escuela o el trabajo.

Factores de mantenimiento: Este grupo afecta de una manera distinta, pues son problemas de ansiedad que no se resolvieron completamente. Una vez que la ansiedad se manifiesta es probable que se incremente, estos problemas, que “aparentemente” no existían, cuando aparecen la multiplican. Por lo que es necesario hacer una valoración de todos los aspectos personales con la ayuda de un profesional.

El “miedo al miedo”

Toda pérdida detona en nuestra salud mental y con ella, la estabilidad que pudimos generar, donde hay soluciones que resultan contraproducentes, como la problematización de áreas sin conflicto como consecuencia de la ansiedad; afrontar de manera insuficiente o erróneo de los problemas origen; o establecer mecanismos fóbicos para defendernos.

Cada uno tenemos las herramientas necesarias para sobrellevar situaciones de conflicto, y culturalmente se refuerza el uso exagerado de las mismas, no obstante, para una persona con ansiedad, depresión o cualquier otro trastorno mental, el creer que puede superarlo solo causa un efecto contrario, como he mencionado anteriormente la idea de auto superación no es para todos y es importante reconocer y aceptar nuestras limitaciones.

La intensidad de la angustia es proporcional al significado que la situación tenga para la persona afectada; aunque ignore esencialmente las razones de su ansiedadKaren Horney

Sobreviviremos al próximo lunes… si dejamos de exigirnos aspectos ajenos a nuestra persona, nos reconocemos y aceptamos con todos nuestros defectos y limitaciones.

Nuevamente los invito a escribir cualquier duda, comentario, aclaración a mi correo alfredo.adj@gmail.com

 

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